Dolores de Cospedal, durante su intervención ante a la junta directiva del PP de Castilla-La Mancha, que se reunió ayer en Toledo. :: EFE
ESPAÑA

El PP exige a Zapatero que se vaya

El presidente del Gobierno y Mariano Rajoy confrontarán recetas opuestas ante la crisis en el debate del miércoles en el Congreso El PSOE sostiene que los populares necesitan la crisis y las malas noticias para ganar

MADRID. Actualizado: Guardar
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La secretaria general del PP se siente cada día más cómoda en el papel de azote del Gobierno y ayer dio buena prueba de ello, cuando conminó a José Luis Rodríguez Zapatero a que asuma los planteamientos económicos de la oposición o que se vaya. El jefe del Ejecutivo, dijo Dolores de Cospedal, tiene que «admitir las propuestas (económicas) del PP» o tiene que «dejar paso a otros porque España necesita un cambio». Un mensaje que hace presumir que el debate del próximo miércoles en el Congreso entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición va a ser a cara de perro.

Sin la crudeza de José María Aznar en abril de 1994, cuando espetó en el Parlamento su famoso «váyase señor González», la número dos del PP hizo el mismo requerimiento en su discurso ante la junta directiva de su partido en Castilla-La Mancha. De Cospedal defendió que la única fórmula para salir de la crisis es la de su partido y en base a ella debe edificarse cualquier pacto de Estado. Ese acuerdo, subrayó, sería el «bueno», el que «de verdad supusiera un cambio de rumbo». Cualquier otro pacto, remató, sería «una estafa para los españoles».

La secretaria general del partido opositor ya lanzó este mensaje en una entrevista publicada ayer por el diario ABC, en la que manifestó que llegar ahora a un acuerdo con el Gobierno sería «traicionar lo que necesita España y los españoles no nos lo perdonarían». Lejos de desdecirse, De Cospedal insistió ante sus compañeros de partido en Toledo en el mismo mensaje: «Hay que cambiar el rumbo de la política económica y no decir esto alto y claro sería traicionar a los españoles». Si los socialistas, añadió, «con el señor Zapatero a la cabeza, no saben cómo lo tienen que hacer o no saben qué ofrecer a los españoles, que admitan las propuestas del PP o que dejen paso a otros».

Desestimó asimismo las ofertas de llegar a un acuerdo que provienen del PSOE porque considera que están vacías de contenido.«Qué quieren pactar, qué quieren acordar», preguntó para cerrar a cal y canto las posibilidades de un acuerdo para el que, salvo sorpresa mayúscula, se expedirá el acta de defunción en el debate parlamentario del miércoles. Dirigentes del partido opositor reconocen en privado que aparecer de la mano de Zapatero con políticas pactadas sería su tumba electoral porque la experiencia enseña que esas complicidades siempre benefician al que gobierna mientras que el que acompaña paga la factura en las urnas.

Los socialistas, que tampoco han mostrado mucho entusiasmo por llegar a acuerdos con el PP, intentan trasladar la imagen de que el partido opositor está dispuesto a trabajar para que la situación económica empeore con tal de desbancar a Zapatero. El vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, escribió ayer en su 'blog' que los populares «necesitan la crisis» para ganar las próximas elecciones porque la profundización del deterioro económico es «lo único» que tienen los populares para «regresar al poder». Rajoy, subrayó el número dos del PSOE, ha hecho «una apuesta: que el crecimiento del paro le lleve al poder por pura inercia».

La opinión de Blanco marcó una vez más la línea argumentativa en el partido gubernamental y la secretaria de Organización, Leire Pajín, acusó al PP de fiar sólo a «las malas noticias» sus expectativas electorales. El partido opositor, abundó en un acto sobre empleo juvenil, «no está dispuesto a arrimar el hombro aunque eso beneficie al país» porque prima sus intereses particulares.

Recetas

Mientras socialistas y populares intensifican su fuego cruzado, Zapatero y Rajoy preparan con sus colaboradores el debate en el Congreso sin esperanza alguna de acercar posturas. El Gobierno y la oposición defienden recetas antitéticas para afrontar la crisis, y así quedará reflejado en ese cara a cara. El Ejecutivo ha anunciado un recorte en el gasto público de 50.000 millones de euros hasta 2013 para reducir el déficit público al 3%. El PP, que respalda una política de austeridad, no da credibilidad a ese planteamiento y señala que su escepticismo se ve alimentado por el hecho de que este año el ahorro apenas va a ser del 8% de esa cifra.

Zapatero también aboga por una reforma del sistema de pensiones y prolongar la edad de jubilación. Rajoy no ha sido demasiado explícito respecto a estos cambios, pero defiende que la extensión de la vida laboral hasta los 67 años debería ser voluntaria. El líder de la oposición pone el acento, en cambio, sobre la bajada de impuestos, un asunto que no figura en la agenda del Gobierno, sobre todo después de haber aprobado un incremento del IVA de dos puntos a partir del 1 de julio para paliar la caída de la recaudación fiscal como consecuencia de la crisis. El Ejecutivo necesita de forma imperiosa mantener sus ingresos para preservar el gasto social, buque insignia de su programa socialdemócrata.

El presidente del PP cree impostergable la reforma del mercado de trabajo para abaratar el despido con fórmulas graduales en función de los años de trabajo y también para acabar con las diferencias contractuales. Zapatero también ve necesaria la modificación laboral, pero considera que debe ser fruto del acuerdo entre empresarios y sindicatos en la mesa de diálogo social.