:: ANTONIO ROMERO
LA PROVINCIA EN EL PUNTO DE MIRA

Servir a la patria entre ruinas

Los agentes denuncian falta de cámaras de vigilancia en el entorno y de inhibidores antibombas Más de 700 guardias civiles viven en casas cuartel en la provincia, la mayoría de ellas con deficiencias

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«En Cádiz nunca pasa nada, pero ya ves, en cualquier momento la pueden liar». Los documentos incautados a ETA en Portugal que sitúan a la casa cuartel de la Guardia Civil de Zahara de los Atunes como objetivo terrorista han puesto en guardia a los agentes que trabajan en la provincia. «Nadie está a salvo y no podemos dormirnos en los laureles aunque vivamos en Cádiz». En la provincia, unos 700 guardias viven en las casas cuartel.

Al margen de la impotencia y la rabia contenida de este guardia, que prefiere mantenerse en el anonimato, queda esa triste reivindicación sobre el estado ruinoso y sin medidas de seguridad en el que se encuentran algunas casas cuartel de la provincia, según denuncia la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC). A este respecto, la dirección de la Guardia Civil en Cádiz no ha querido hacer comentarios.

ETA ha tenido especial fijación con estas instalaciones a la hora de perpetrar sus atentados más sangrientos. Es la forma más cruenta de atacar al Cuerpo y tocar a lo más sagrado de los guardias: sus familias. Desde 1979 la banda terrorista ha realizado 90 atentados en casas cuartel con 35 muertos y 300 heridos. Las últimas acciones tuvieron lugar los pasados 29 y 30 de julio. Un coche bomba dejaba 60 heridos en la casa cuartel de Burgos y al día siguiente explotaba otro en Palma de Mallorca, con dos muertos.

Objetivos fáciles

Medio centenar de guardias vive con sus familias en la antigua Comandancia de Cádiz a la espera de que se autorice el traslado a las nuevas dependencias, justo en la misma zona. El complejo se encuentra junto a El Corte Inglés y desde la AUGC se han reclamado más medidas de seguridad en todo el perímetro.

La situación en la que se encuentra la casa cuartel de Zahara, en Barbate, ha resucitado la vieja polémica de servir a la patria entre ruinas y miseria. El estado de desprotección del inmueble revela que los terroristas lo tienen muy fácil para atentar. Un informe del Defensor del Pueblo Andaluz alertaba hace una década de la antigüedad de estas construcciones en la provincia. El estudio reconocía entonces que la mayoría de los edificios visitados eran antiguos. Poco ha cambiado la situación.

El Defensor del Pueblo Andaluz hacía referencia a las condiciones de los detenidos, pero el último informe de la AUGC analiza las condiciones de vida de los agentes en las casas cuartel y deja en muy mal lugar a las instalaciones del Cuerpo en la provincia. El 82% de los 52 acuartelamientos de Cádiz carece de algún tipo de sistema de seguridad, en algunos casos faltan sistemas de videovigilancia, en otros no existen áreas de seguridad perimetral y tampoco inhibidores de frecuencia que eviten la activación de bombas por control remoto.

La provincia cuenta con un contingente de 2.576 guardias civiles de los que 1.500 pertenecen a la Comandancia de Cádiz y el resto a la del Campo de Gibraltar, en Algeciras. El 30% de ellos vive en las 52 instalaciones del Cuerpo en la provincia. Son unos 700 guardias los que utilizan las dependencias para vivir con la familia. Se trata de un número muy pequeño si se compara con provincias como Ciudad Real, Zamora o Toledo, que son destinos de paso y, por tanto, la movilidad de los guardias es mayor. Allí, el 50% de los agentes vive en las casas cuartel.

Pero las instalaciones gaditanas arrastran grandes deficiencias y algunos de sus inquilinos aseguran que había mejores dependencias en época del fundador del Cuerpo, el Duque de Ahumada. Juan Antonio Delgado es portavoz en Cádiz de la AUGC asegura que algunos edificios son del siglo XIX y tienen las mismas características de entonces.

Los acuartelamientos de la Sierra de Cádiz se llevan la palma con una nota de muy deficiente, salvo los de Ubrique y Villamartín. El caso más sonoro es el del cuartel de Arcos. Una protesta en 2008 reveló que las instalaciones se habían levantado sobre suelo arcilloso y algunas paredes habían cedido.

El secretario provincial de esta asociación, José Encina, reconoce que el prototipo de la casa cuartel resulta obsoleto y es necesario desvincular el trabajo de la familia. Apuesta por acuartelamientos como el de Chipiona, donde 65 guardias acuden sólo a trabajar y cada uno vive en su propio domicilio. Reclama que se cierren «de forma inmediata» cuarteles «inoperativos, caros e inseguros».