Zapatero culpa a Rajoy de la pérdida de credibilidad internacional de España
MADRID. Actualizado: GuardarPrimera sesión de control al Gobierno tras las vacaciones parlamentarias y primera andanada de toda la oposición a José Luis Rodríguez Zapatero, tras haber vivido la semana más convulsa de su mandato. El jefe del Ejecutivo recibió ayer la buena noticia de que dos agencias de calificación han vuelto a dar a la deuda española las máximas credenciales, pero en el hemiciclo soportó de todo por responder a las dudas de los mercados internacionales con «improvisación» y «desconcierto».
Ni un solo partido se mostró condescendiente con los últimas decisiones del Gobierno: un giro copernicano en su posición sobre la reforma de las pensiones para apaciguar a los críticos que ven a España como un peligro para la zona euro; un recorte de 5.000 millones de euros del presupuesto aprobado hace poco más de un mes y la promesa, acto seguido, de que prolongará seis meses la ayuda de 420 euros para los desempleados que hayan agotado la prestación por desempleo. «Ha decidido hacer anuncios de manera precipitada que únicamente han servido para generar más desconfianza y más incertidumbre», reprendió Mariano Rajoy.
No era el primer ataque del día porque Zapatero -que se había acostado la víspera con dos derrotas parlamentarias a cuestas- tuvo que hacer frente también a los reproches del portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida. Éste le echó en cara algo similar, pero con tono distinto: que actúe de forma atolondrada cuando lo que, a su juicio, requiere un momento económicamente tan delicado como el actual es buscar el «máximo consenso». «No se trata simplemente -dijo- de responder con buenas palabras».
Acorralado, el presidente del Gobierno se defendió al ataque. Si el lunes achacó el último batacazo de la Bolsa y las dudas sobre España a una conspiración internacional de los «especuladores», ayer responsabilizó a Rajoy y a su partido de la mala prensa española. «No han hecho más que caer en la exageración y crear una alarma que daña nuestra credibilidad», espetó.
Menos deuda
Zapatero replicó que España es un país solvente y con «gran fortaleza». Lo hizo para tachar a Rajoy de irresponsable por ponerlo, a su juicio, en cuestión. Pero en su intento de utilizar las cifras para abofetear al contrario, patinó. «Hoy -subrayó- la deuda de España es inferior a cuando ustedes estaban en el Gobierno». Al PP le faltó tiempo para recordar que, en 2004, el porcentaje de deuda pública sobre el PIB era del 48,7% mientras que ahora llega al 55,2%.
Lo que quería decir el presidente del Gobierno es lo que luego añadió: emitir hoy deuda cuesta más barato que cuando gobernaba Aznar. Una verdad incontestable, aunque sólo sea porque entonces los tipos de interés eran más elevados y hoy, por la crisis, están en mínimos.
Del mismo modo que trató de minimizar la deuda, el jefe del Ejecutivo relativizó el hecho de que, contra su vaticinio, España sea uno de los pocos países que sigue en recesión. Es más, mantuvo su tesis de que la recuperación está en marcha. Algo que ya defendía antes de saberse que tampoco en el último tramo de 2009 se salió del pozo en el que España lleva siete trimestres. Y cuando su afirmación de que estamos «a punto de dejar la recesión económica» fue secundada con las carcajadas de la bancada del PP tiró de ironía. «Sé que para ustedes una décima-dijo en referencia al 0,1% que se retrajo el PIB entre octubre y diciembre- es un cambio cualitativo».