Rotunda y sin contradicciones
Actualizado: GuardarLa primera vez que habló de lo que le había ocurrido con un desconocido fue en un cuartel de la Guardia Civil, donde acudió con sus padres para denunciar que había sido golpeada y después violada en un paraje alejado de miradas, próximo a Conil. Según su primer relato, fechado el pasado 2 de noviembre, había llegado hasta allí forzada por un individuo que conoció en Internet. Un falso amigo con el que llegó a intimar hasta el punto de pasarle datos e información muy personal. Ese internauta del que sólo sabía de su aspecto y de su fuerza física, se volvió una amenaza cuando ella se negó la primera vez a citarse en la vida real, sin ordenadores de por medio. El martes volvió a recrear con sus palabras la misma pesadilla que según ella había sufrido meses atrás, aunque esta vez quien le escuchaba era un juez.
Fuentes consultadas por este periódico confirmaron que su declaración fue rotunda, sin titubeos y sin contradicciones que hagan sospechar en un primer momento que todo sea una fábula. Esa declaración se completa con algunos indicios como los correos electrónicos que cruzaron. Fue después de su testimonio cuando el juez modificó la prórroga de la detención por un auto de prisión incondicional que le aleja, por ahora, de su supuesta amenaza.