Rajoy descarta la moción de censura porque no es tiempo de «ocurrencias»
El líder de la oposición aboga por un contrato laboral con una indemnización creciente en función de los años trabajados
MADRID. Actualizado: GuardarMariano Rajoy fue ayer más locuaz que de costumbre y desveló algunas de sus propuestas económicas para satisfacción de fieles y rivales, que desde hace semanas reclaman que concrete algunos aspectos de ese plan anticrisis que el PP dice tener.
Lo que sí tiene claro el líder de los populares es que «no es el momento de ocurrencias». Un epíteto que puede interpretarse como una desautorización a los amagos de su secretaria general, Dolores de Cospedal, y otros dirigentes del partido de lanzarse a la moción de censura. El PP sabe que, en estos momentos, el PSOE goza de un respaldo mayoritario en el Congreso. Ante este hecho, Rajoy lo tiene claro: «Si tuviera la más mínima posibilidad de ganar una moción de censura, la presentaría». Pero no la tiene. Los populares saben que ningún grupo se sumaría a un intento suyo de relevar al presidente del Gobierno.
El jefe de la oposición, empeñado en no dar la imagen de perdedor, recordó que al igual que él, Felipe González y José María Aznar perdieron dos elecciones antes de llegar a la Moncloa. Rememoró también que en líneas generales los ciudadanos guardan un buen recuerdo de ambos ex presidentes. Ante estos datos, subrayó que «Zapatero no ha perdido ninguna elección...y lo dejo ahí». Se refería así a la baja valoración que cosecha el líder socialista en las encuestas.
Rajoy negó además que su estrategia sea la de no arriesgar para hacer buena la máxima de que 'quien resiste gana', opinión extendida en amplios sectores de su partido y, por supuesto, en el Gobierno. Para acallar bocas, el líder del PP concretó que apoya la creación de un nuevo contrato laboral, con una indemnización por despido creciente en función de la antigüedad. «En cuatro, cinco o seis años se podría llegar a (la indemnización de) los 33 días por año trabajado -frente a los 45 actuales-», explicó.
Avaló esta opción porque pondría fin a la «dualidad de contratos» y a la injusticia que supone que los contratados temporales tengan una contraprestación de «cero días por año», frente a los 45 días de los indefinidos. Destacó, además, que la reforma de las pensiones no es una cuestión urgente. Abogó, en todo caso, por dejar esta decisión a criterio de los propios trabajadores, es decir, que sea el empleado quien decida si quiere continuar en su puesto hasta los 67 años, y emplazó al Gobierno a que, en cualquier caso, dirima esta cuestión en el Pacto de Toledo.
Teorías conspiratorias
El PP se frota también las manos porque ha visto un filón para la crítica en las quejas del PSOE ante una supuesta «conspiración internacional» contra José Luis Rodríguez Zapatero. Rajoy calificó de «absurdo» que el ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, aluda a una «conspiración judeo-masónica» y recomendó a los socialistas que se dediquen a gobernar «y dejen de echarle las culpas a otros».
En esta misma línea, la portavoz en el Congreso recordó, en tono irónico, que primero fueron las «conjunciones planetarias», en alusión la descripción de Leire Pajín, secretaria de Organización del PSOE, del encuentro entre Obama y Zapatero. «Ahora -abundó- hablan de conjunciones conspiratorias». La dirigente popular opinó que estos «delirios conjurativos» obedecen al «ataque de pánico» de Zapatero ante el diagnóstico internacional de la economía española.
Soraya Sáenz de Santamaría, que se reunió con el grupo popular antes del primer pleno del nuevo curso político, animó a los suyos a asumir la «responsabilidad legislativa» ante el 'bloqueo' del Gobierno. «La oposición nunca tuvo una responsabilidad tan grande en España porque nunca se ha esperado tan poco de un Gobierno», enfatizó.