El establecimiento ya anuncia en su escaparate la liquidación de los artículos para el cierre. :: MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

Cominero se jubila

La conocida papelería cierra sus puertas después de 29 años y deja su sitio a una tienda de ropa deportiva

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Los periódicos que hay sobre el mostrador no son del día. Las estanterías empiezan a verse vacías, pero todavía quedan por recoger cientos de libros y de material de papelería. Vicente López Cominero, con barba de unos días, ve pasar frente a sus ojos casi 29 años atendiendo a la clientela gaditana en el mismo lugar.

Desde el interior de la tienda, a media luz, puede verse como los clientes se paran una y otra vez frente al escaparate. Llaman a la puerta. «Está cerrado», responde Vicente mientras guarda una nueva tanda de libros en una caja. El cartel del exterior lo deja claro: «Cerrado por jubilación. Me veo obligado porque la inspección médica me ha declarado la incapacidad permanente absoluta», reza.

Vicente, más conocido en el barrio como Cominero, asegura que si pudiera continuar lo haría, «los años que le he dedicado valen la pena, aunque es un trabajo demasiado esclavo por el tema de la prensa». En todos estos años la papelería, que se encuentra ubicada frente al Hospital Puerta del Mar, solo ha cerrado en navidad, año nuevo y el sábado santo. «Tres días al año hacen pensar que a veces no le he dedicado demasiado tiempo a la familia pero he tratado con mucha gente, desde el principio hemos tenido clientela, ahora voy andando por la calle y me saludan muchísimas personas».

Un melanoma múltiple y dos transplantes de médula ósea es lo que impiden que este empresario continúe desarrollando su labor al frente de la papelería. Sin embargo, no pierde la esperanza y asegura que «si se coge a tiempo este tipo de cáncer tiene un buen tratamiento». Y aunque pensaba que el 11 de febrero le darían el alta médica y volvería a incorporarse a la rutina diaria, la noticia que recibió fue la contraria: una notificación de incapacidad permanente. «No me he jubilado, me han jubilado. Seguiría adelante, pero los médicos consideran que no me tengo que exponer al estrés del trabajo, aunque yo seguiría aquí si me dejaran».

Estar detrás de un mostrador le ha enriquecido mucho como persona, pero a la vez también reconoce que muchas veces ha hecho como psicólogo «sobre todo de las personas mayores que venían a contar su vida». Siempre encontró un hueco para escuchar a todos y hacer su trabajo. Tanto que cuenta que en 29 años solo le han puesto una hoja de reclamaciones «y no estaba justificada». Entre las anécdotas que le vienen a la mente recuerda como un «chorizo» estuvo horas con la tapadera de un husillo intentado romper el cristal del escaparate para llevarse un dvd de la 'Guerra de las Galaxias'. Todo son recuerdos.

Ahora, en su lugar, en unos meses, abrirá al público una tienda deportiva.