Trabajadores lamentan la muerte de cinco compañeros. :: AP
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Intensifican la búsqueda de desaparecidos en la planta de Connecticut

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Quienes hasta el domingo trabajaban en uno de los mayores proyectos energéticos de Estados Unidos vagaban ayer alrededor de sus cenizas, ansiosos por ayudar a los investigadores a esclarecer la explosión que la ha destruido antes de inaugurarse, pero temerosos de saber quién más sigue bajo los escombros a los que no han podido acceder los bomberos.

La cifra oficial de muertos sigue siendo cinco, y aunque fuentes de la agencia Associated Press dicen que no se esperan más cadáveres, nadie se atreve a dar por finalizada la búsqueda. El principal problema es que no existe una lista de los trabajadores que se encontraban el domingo en la planta de Kleen Energy Systems al pie del río Connecticut. En su construcción han participado más de mil personas, pero se cree que en el momento del estallido se encontraban entre cincuenta y cien, de los que el 95% han sido identificados, según las autoridades. Falta conocer cuántos habían enviado las empresas subcontratadas.

Los trabajos de rescate se habían detenido en la madrugada de ayer, cuando el jefe de bomberos anunció que había zonas del edificio demasiado inseguras como para que sus hombres siguieran removiendo escombros. Además, los investigadores habían expresado su preocupación por la posible destrucción de pruebas en el proceso.

Como un terremoto

La explosión de esta central eléctrica de ciclo combinado de 650 megawatios, que iba a inaugurarse en primavera o verano, se sintió como un terremoto en la ciudad de Middletown e hizo temblar las casas en un radio de hasta 50 kilómetros. Sólo se sabe que los trabajadores habían estado purgando el aire de las tuberías de gas natural durante el fin de semana, pero al no haber indicio de que se hubiera violado algún procedimiento de seguridad, habrá que esperar a que concluya la investigación para señalar las causas. Más de una docena de heridos seguían ingresados ayer, la mayoría con roturas de huesos al haber salido despedidos por la onda expansiva.