El presidente irá al Congreso para explicar su plan anticrisis forzado por el PP
Los populares vinculan la presentación de una moción de censura a que Zapatero 'pinche' en la comparecencia de la próxima semana
MADRID. Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero comparecerá la próxima semana, probablemente el 18 de febrero, ante el Congreso para explicar su plan contra la crisis. El presidente del Gobierno adoptó esta decisión a última hora de la tarde de ayer, forzado por el PP. Los populares lograron sumar a su causa a PNV, CIU, ERC y UPyD, una mayoría suficiente para que Zapatero, ante la inevitable victoria de la propuesta de la oposición, diera un paso adelante y el Gobierno registrase una solicitud en el registro de la Cámara para acudir a petición propia. Un moviento que el presidente ha efectuado en varias ocasiones durante su mandato cuando la derrota del grupo socialista estaba asegurada.
Sin embargo, fuentes de La Moncloa señalaron ayer que el presidente aprovechará esta nueva cita parlamentaria para informar sobre el Consejo de la Unión Europea, que se celebrará el jueves. Alegan que, además de ser el primero de la Presidencia española, se dedicará principalmente a la agenda económica ya que está convocado para discutir ideas en torno a la Estrategia 2020 de Lisboa.
El PP podrá medir así la fuerza que aún conserva Zapatero en el Congreso. Una táctica de oposición gradualista que no es apta ni para impacientes ni para impulsivos. Mariano Rajoy mide cada paso de su estrategia de acoso, sin dejarse influenciar por los que reclaman una acción más contundente, una moción de censura, por ejemplo, ante la evidente fatiga del Ejecutivo. Ayer ganó una batalla.
Los populares no están por la labor de interponer una moción de censura para perderla. Esta postura obliga al PP a intentar difíciles piruetas dialécticas. Varios miembros de la dirección nacional del partido opositor desacreditaron a Zapatero como gestor de la actual coyuntura económica porque lo sitúan como parte del problema. Resulta obvio, por lo tanto, que diga lo que diga el presidente en el Congreso no agradará a los populares. La orden de Rajoy es ir paso a paso. La misma razón que esgrimen para la comparecencia de Zapatero en el Congreso les vale para eludir concretar el plan que aplicarían los populares para salir de la crisis. No quieren que el debate se centre en las propuestas del PP -sobre todo en cuestiones tan sensibles como la reforma laboral y la de las pensiones- sino que quieren que todos los focos se mantengan fijos en las decisiones del Gobierno, una tensión que, a su juicio, debilitará aún más al Ejecutivo.
El PP insiste en la teoría -también aceptada por CIU- de que el presidente no puede salir de este atolladero sin contar con la oposición. «Que Zapatero llame a Rajoy y le pida ayuda», insistió ayer Esteban González Pons. Pese a ello, el vicesecretario de Comunicación del PP, inspirándose en una afamada sentencia del ex mandatario norteamericano John Fitzgerald Kennedy, aseguró: «No es el momento de que todos digamos que podemos hacer para solucionarle los problemas al presidente, sino que es el momento para que el presidente diga, como patriota, qué piensa hacer para salvarnos».
Patriota
El PP abona la sensación de que los socialistas seguirán hundiendo a España, mientras alimentan reminiscencia del pasado. «Una vez fuimos el milagro español», comentó Soraya Sáenz de Santamaría en alusión al Gobierno de José María Aznar. La portavoz del PP, en una entrevista en Tele 5, perseveró en la misma idea que destacó Rajoy este fin de semana en un mitin en Granada: España es un país de fiar, Zapatero y su equipo, no.
Los populares han corregido la aparente descoordinación que existió la semana pasada, cuando se oyeron voces que solicitaron a la vez moción de censura, elecciones anticipadas y calma. María Dolores de Cospedal coincidió ayer en dejar en el aire cualquier acción contra el Gobierno hasta que explique sus propias contradicciones. La más clara, por qué opta ahora por recortar el gasto, en contra de lo que aprobó en los Presupuestos.