Pues ¡Buf!
Actualizado: GuardarPor no decir «puag» o «bah»; sí, querida audiencia lectora, es un canto al desasosiego, y no sólo por ser lunes, sino por la coyuntura socio-eco-psico-histo-cultu-poli-tecnológica que nos toca soportar, amén de otras circunstancias personales. Hay días en los que parece que tuviéramos cistitis en el alma; como si nos costara simplemente «ser», por supuesto, que «estar» ya es insoportable. El gobierno está mal, pero la oposición tampoco está bien, si abren la boca, se les cae un «hijo de.» Se escucha el soniquete de las elecciones anticipadas, que nos apetecen lo mismo que una patada en la espinilla. El mundo está patas arriba, el fin de mes llega a mediados, pero el Botín y compañía se siguen frotando las manos con los resultados. Cuando ves a alguien alegre, sonriente y expresivo, te acercas para preguntarle el secreto de la felicidad y descubres que le huele el aliento a destilería. Te aplicas mortificándote con una dieta espartana para bajar unos kilos, te apuntas a un gimnasio para torturarte tres veces por semana, y los científicos descubren que adelgazar depende de una proteína que «se tiene o no se tiene». La madre que los parió a los de la bata blanca y el microscopio. Decides beberte una botella de buen vino para ahogar las penas, y te cuesta dios y ayuda decidirte por una denominación de origen. Antes sólo era bueno el vino de Rioja, ahora, cada valle tiene un enólogo que ha descubierto el secreto mejor guardado de una familia de viticultores. Enciendes la tele y tienes que utilizar siete mandos a distancia para hacer un zapeo como es debido, entre la TDT el DVD, el Digital terrestre, Gol TV y su puñetera madre en UHF. Intentas llamar a alguien para consolarte y esparcir tu mal, y en la agenda del móvil aparecen 200 supuestos amigos; desistes por empacho de amistad. Para colmo, gana el Barça y gana el Madrid, otra semana más en 'pause emocional'. Pasen buen día.