¿DÓNDE ESTÁ?

Eso me preguntaba ayer al término del partido tras caer goleado ante el Levante. ¿Dónde está el Cádiz de los dos partidos jugados fuera en Soria y Salamanca? Incluso ¿dónde se ha quedado el equipo serio en defensa que vimos ante el Huesca? Me lo han cambiado, el de ayer no era el mismo. No estuvieron las líneas juntitas para arroparse unos a otros. No se utilizaron las bandas que tan bién saben explotar los equipos de Espárrago. Y el fútbol directo en busca de la cabeza de Toedtli, ayer era una misión complicada teniendo que vérselas con Ballesteros y Héctor Rodas, sobre todo si esos balones no caían un poco más a la banda para dificultar la labor de los centrales. Ante el conjunto valenciano, el Cádiz nunca estuvo en el partido, ni siquiera cuando las circunstancias fueron favorables (en forma de penalti y expulsiones al rival). Pareció estarlo, pero más por corazón que por cabeza. Porque de la primera parte mejor ni hablar, ahí sí que vimos la peor versión de este Cádiz. La segunda mejoró, pero más por la corriente del penalti y de la superioridad numérica que por calidad o tener las ideas claras. Que no se tuvieron. Insistieron los jugadores amarillos en despreciar las bandas e intentar entrar siempre por el centro. Ante un rival en inferioridad numérica hay que abrir el campo todo lo posible para que aparezcan los huecos que por narices existen teniendo en frente a un equipo con nueve.

Pero lo que no es de recibo es que nos hagan un gol cuando el rival tiene uno menos. Y todavía menos que no se aprenda de ese error y que encima se amplíe cometiendo otro peor, como es el recibir otro gol jugando once contra nueve. Todos los jugadores parece que ayer tenían la bombilla apagada y que no elegían nunca la mejor opción. Los cambios tampoco funcionaron, Abraham poco aportó, Tristán inofensivo y Ramis, sin poder valorarlo por ser su primera participación. Menos mal que la semana es cortita y podemos arreglar el desaguisado. Y punto.