¿Trabajar después de los 65?
Sólo 131.000 mayores cotizan a la Seguridad Social pese a los incentivos
BILBAO. Actualizado: GuardarLa política adoptada por anteriores gobiernos de retrasar de forma voluntaria la edad de jubilación más allá de los 65 años no funciona. Pese a que los grandes sindicatos y el Partido Popular defienden esta opción frente a la propuesta del gabinete Zapatero de alargar hasta los 67 de forma obligatoria la edad de retiro, lo cierto es que los datos de la Seguridad Social son elocuentes y certifican el fracaso: sólo 131.199 personas de más de 65 años estaban afiliadas al organismo el pasado 31 de diciembre, una cifra insignificante sobre los casi 18 millones de cotizantes y que por sí sola apenas contribuirá a elevar el listón de la edad real de abandono del mercado de trabajo, situado, según las estimaciones del Ejecutivo, en 63 años y nueve meses.
La polémica despertada por la propuesta gubernamental de alargar la vida laboral ha llevado a sus responsables a anunciar la introducción de una cierta modulación en su aplicación. Sin embargo, nada induce a pensar que estén dispuestos a aceptar una voluntariedad que el ministro de Trabajo defendía hasta horas antes de difundirse la noticia. Como es sabido, el Ministerio de Economía que dirige Elena Salgado terminó imponiendo la nueva tesis ante el fracaso de los incentivos actuales.
Ahorro de cuotas
Con anterioridad ya existían incentivos para permanecer en el mercado laboral más allá de la edad legal de jubilación, consistentes en la exención de cotización a la Seguridad Social, salvo por incapacidad temporal y contingencias profesionales.
Pero nadie quiere ser el más rico del cementerio, y la tentación de abandonar las obligaciones laborales es demasiado fuerte. De hecho, algunos expertos aventuran que una parte significativa de esas 131.199 personas no permanecen en el mercado por el reclamo del dinero, sino porque en su carrera laboral no han logrado sumar los quince años que necesitan de cotización para acceder a una pensión contributiva o los 35 que les dan derecho a la completa.
Dado que por esa vía queda poco por hacer, las opciones para incidir en la edad de retiro pasan por elevar las ayudas para permanecer en el mercado o endurecer las condiciones de la jubilación anticipada, algo que el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, viene preconizando desde hace meses. Otra fórmula es dar una vuelta de tuerca a las exigencias que dan derecho a una pensión completa, que ahora se consigue tras haber cotizado 35 años y computando los últimos 15 para establecer la base reguladora que fija la cuantía de la prestación.
El planteamiento del Gobierno de Zapatero a los agentes sociales y a los integrantes de la Comisión del Pacto de Toledo contempla de hecho esa posibilidad, al proponer analizar la conveniencia de «modular» esas variables en función de factores como los ingresos de la Seguridad Social, el PIB nacional, la tasa de dependencia o la esperanza de vida a partir de los 65.
Los efectos de estas medidas serían importantes. Por ejemplo, la polémica elevación de 15 a 25 años del periodo de cómputo -inicialmente planteada en Bruselas y retirada a toda velocidad por el Ejecutivo tras el escándalo en España- supondría un recorte medio de nueve o diez puntos en la cuantía de la prestación. Y si la opción es elevar los 35 años necesarios para disfrutar de todos los derechos -algunos países han fijado 40 y hay otros que utilizan para el cálculo toda la vida laboral-, las personas con carreras cortas tendrían un problema similar, ya que la Seguridad Social descuenta ahora dos puntos de pensión por cada año que falte para alcanzar los 35 de aportación.