La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, escucha las preguntas de los periodistas tras el Consejo de Ministros de ayer. :: EFE
ESPAÑA

El Gobierno niega «bandazos» y asegura tener fuerza para sacar a España de la crisis

De la Vega advierte de que «no van a soltar el timón» y el PP insiste en que el Ejecutivo «se tambalea»

MADRID. Actualizado: Guardar
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De autocrítica, nada. Frente al desplome de la Bolsa, la cifra récord de desempleados, el malestar de los sindicatos tras la el proyecto de reformar el cómputo de las pensiones para reducir en un 4% el déficit público y el aumento -según la encuesta del CIS- del descontento de los españoles con la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero, el Gobierno sostiene que el rumbo de su política económica «es el correcto».

María Teresa Fernández de la Vega alabó ayer el sentido de la «responsabilidad» de los sindicatos, pese a que han amenazado con protestas callejeras contra el Gobierno; achacó la bajada bursátil a movimientos especulativos del mercado; y declinó valorar el último sondeo del CIS, salvo en lo concerniente a los problemas que más inquietan a los españoles: el paro y la crisis económica, porque son las dos contrariedades que también más preocupan al Ejecutivo.

«No vamos a soltar el timón», indicó la vicepresidenta primera tras el Consejo de Ministros en el que se analizó la propuesta de reforma laboral que José Luis Rodríguez Zapatero presentó, horas más tarde, a los agentes sociales. El Ejecutivo, dijo la portavoz, se siente con «fuerzas, energía y compromiso» para seguir manejando el timón.

El PP, entretanto, continúa inmerso en su estrategia de mostrar a un Zapatero «a la deriva» frente a un Rajoy «capacitado» para sacar a España de la actual coyuntura económica. Un 'modus operandi' que De la Vega tachó de prácticas «oportunistas y partidistas».

La número dos del Eejcutivo reclamó al PP un cambio y que cumpla con su responsabilidad como principal partido de la oposición.

La vicepresidenta dijo que el Gobierno no tiene miedo ni al debate ni a las críticas constructivas. Abogó, de hecho, por encontrar una respuesta entre todos -Gobierno, fuerzas políticas, sindicatos y patronal-. «Porque al ser de todos, será la mejor», abundó.

El principal motivo por el que el Gobierno se niega a reconocer «bandazos o giros» en su acción contra la crisis es porque está convencido de que cumple con la 'hoja de ruta' que marcó el presidente el pasado 30 de diciembre, en la comparecencia de balance anual en la Moncloa. Una cita en la que adelantó las líneas generales de la Ley de Economía Sostenible, que alberga alguna de las reformas que el Ejecutivo quiere poner en marcha en este 2010.

De la Vega se refirió ayer en varias ocasiones a esta alocución de Zapatero. En efecto, el mandatario esbozó entonces que en febrero de 2010 se iniciaría una negociación con los agentes sociales para «renovar y mejorar nuestro mercado de trabajo».

Claro que advirtió de que «no contemplamos en el inicio de este diálogo ninguna cuestión relativa a cotizaciones con carácter general, a cotizaciones generales ni consideramos que la cuestión relativa a las modalidades de contratación, al menos como se ha planteado desde la patronal, sea la cuestión central para modernizar nuestro mercado laboral». Matices sobre los que Zapatero habría cambiado de opinión, a tenor de las propuestas conocidas en los últimos días. El presidente sí anunció que acometería un paquete de medidas para contener el gasto público y reducir el déficit.

Críticas y fortalezas

La vicepresidenta admitió que la jornada del jueves fue mala, aunque puso el acento en la fortaleza de nuestro sistema financiero. «No vamos a permitir que se ponga en cuestión la fortaleza y credibilidad de España», subrayó en alusión a los comentarios del comisario de Economía, Joaquín Almunia, quien comparó la situación de Grecia -uno de los países con más dificultades económicas de la Unión Europea- con la española. «Estamos convencidos de que la Bolsa va a subir, las medidas van a llevarnos a la senda de recuperación», enfatizó la portavoz del Ejecutivo como guiño al optimismo.

«Que dé un paso atrás»

Los populares ven el panorama más comprometido. El PP criticó ayer con dureza la respuesta de Rodríguez Zapatero a la mayor caída de la Bolsa desde 2008, al entender que intentó sustentar en «rumores y evasivas» el análisis de una cuestión tan importante para la economía española. «Un Gobierno que se tambalea, desdiciéndose en torno a propuestas económicas que no se sabe si se van a llevar a cabo», indicó la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal. Insistió, además, en la tesis de que el PSOE habría dilapidado «la mejor herencia» que haya recibido un Gobierno de España, en referencia a los logros que habría cosechado en este apartado José María Aznar durante sus ocho años de mandato. Por todo ello, los populares recomiendan al presidente Zapatero «que se vaya», si no se siente capacitado para luchar contra la crisis.

El PP, por tanto, continúa con el mismo hilo argumental del jueves: Zapatero debe dar un paso atrás y dejar a Rajoy, que está listo para gobernar ya, que enderece el rumbo. Un relevo que sólo se puede producir mediante dos vías: un adelanto electoral, que no contempla ni el propio Rajoy o una moción de censura en el Congreso, aunque el PP sabe que no cuenta con los apoyos suficientes como para sacarla adelante, y que el líder opositor tampoco ve clara.

Fernández de la Vega, sin embargo, se mostró ayer más cauta a la hora de retar a los populares a que presentasen la mencionada moción de censura, como sí hicieron otros miembros del Ejecutivo. A Zapatero, inmerso en la Presidencia de turno de la Unión Europea y con muchos frentes domésticos abiertos, no le convendría ahora que se pusiera en tela de juicio la confianza que atesora en la Cámara Baja.