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Unas espinosas competencias aparcadas en el proceso de paz

BELFAST. Actualizado: Guardar
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Las competencias de Policía y Justicia han ocupado un papel central en el camino hacia la normalización en Irlanda del Norte. La transferencia de estos poderes resulta tan espinosa que quedó aparcada durante la negociación de los Acuerdos de Viernes Santo que llevaron la paz a Ulster. Los recelos entre republicanos y unionistas, pese a que el ministro del ramo pertenecerá probablemente a una formación que represente ambas sensibilidades, impidieron entonces un pacto y se decidió retomar la cuestión cuando los partidos estuvieran preparados.

Sinn Fein dio un primer paso hacia el traspaso de los poderes al reconocer a la Policía de Irlanda del Norte (PSNI), uno de los principales escollos para el acuerdo con los unionistas. El esfuerzo, sin embargo, no terminó de cristalizar porque los años de enfrentamientos en Ulster siguen latentes en muchos aspectos del Gobierno compartido. Recientemente, Gerry Adams escribía en su blog que en numerosas ocasiones parlamentarios unionistas rechazan hasta compartir ascensor con él en el Parlamento de Stormont.

Las dificultades tampoco escapan a la progresiva formación de la Policía regional. La puesta en marcha de un sistema de contratación destinado a equiparar el número de agentes católicos y protestantes enfrentó a ambas comunidades. Mientras para buena parte de los unionistas representa una discriminación e impide incorporar a los futuros policías por sus cualidades, los republicanos mantienen que es la única forma de tener unas fuerzas del orden respetadas por todos.