Una 'pavada' que puede salir cara
Una asociación de defensa de los animales anuncia una demanda por el lanzamiento de la pava de Cazalilla desde el campanario
JAÉN. Actualizado: GuardarLa tradición de lanzar una pava por el campanario del municipio jiennense de Cazalilla por la festividad de San Blas saldrá este año más cara. La Asociación Andaluza para la Defensa de los Animales adelantó ayer que va formalizar una demanda que acompañarán de fotografías y vídeos que constatan que, «efectivamente», se arrojó a este animal vivo desde el campanario hacia la plaza y recalcó que pedirán que este año se aumente la sanción económica. De hecho, solicitarán que se impongan la máxima cantidad, puesto que la acción «se realiza cada año con premeditación». Según indicó, la sanción puede llegar hasta los 30.000 euros.
Precedentes
Fuentes presenciales detallaron que el acto se desarrolló sin mayores incidencias y que la pava planeó hasta caer sobre el tejado de un edificio localizado en la plaza de la parroquia, donde se habían congregado numerosas personas para asistir al acto y coger al animal que, en esta ocasión, fue apresado por un joven.
El propio Ayuntamiento detalla que el origen de esta costumbre se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando dos familias enfrentadas se reconciliaron al enamorarse el hijo de una con la hija de la otra y ambos se casaron un 3 de febrero. También recoge que hay quien ubica esta costumbre en los sorteos populares con los que las cofradías de ánimas recaudaban fondos para sus fines.
El año pasado, la Junta de Andalucía ya impuso de hecho una sanción de 2001 euros al hombre que lanzó la pava durante los festejos de San Blas. En la resolución se recogía que el pasado 3 de febrero se pudo observar a Francisco José C.L., vecino de la citada localidad, mostrando a cara descubierta al animal por los ventanales del campanario de la iglesia de Santa María Magdalena y haciendo el amago de tirarla en varias ocasiones. Después liberó a la pava por el costado izquierdo desde donde aleteó hasta caer sobre el tejado del templo.