Okupación en Arcos
«Espero que esta pesadilla pueda terminar pronto»
Jean O’Donoghue, la irlandesa a la que le han okupado su casa, se siente muy agradecida por el respaldo recibido y asegura que «tengo unos vecinos maravillosos»
Jean O’Donoghue no hubiera nunca imaginado que viviría una situación tan complicada. Esta irlandesa, afincada en Arcos desde hace diecisiete años, jamás creyó que de un día para otro alguien entraría en su casa y cambiaría las cerraduras para que ella, la dueña, no pudiera entrar. Jean no pensó que tras regresar de su país después de la pérdida de su pareja, tuviera que marcharse a vivir a un hotel cercano a su domicilio.
Su historia es un ejemplo más del desamparo legal de los propietarios de cualquier vivienda en España ante una okupación . Pero es además la historia que refleja la impotencia, la incredulidad y el hartazgo de una sociedad que clama ante este tipo de problemas. De un pueblo, el de Arcos, que se se moviliza y alza la voz para apoyar y respaldar a esta vecina.
Jean está visiblemente agotada, cansada psicológicamente. Serena pero a la vez con incertidumbre y algo aturdida. Y no es para menos. Ya ha pasado más de un mes desde que conoció, gracias a un vecino, que alguien había entrado en su casa. Fue el pasado 8 de mayo cuando se interpuso la primera denuncia . Días después, el 21, Jean regresaba de Irlanda y acudía a su vivienda en la zona del pinar de la Plata, justo en la vía de servicio paralela a la carretera que conecta Arcos con El Bosque . 'El Palmar', esa es su casa. «Llamé al timbre y salió el muchacho con un montón de llaves. Fue entonces cuando me hizo el chantaje. Si le daba 3.000 euros y retiraba la denuncia, se marcharía », comenta apesadumbrada.
El okupa es el hijo de la vecina de detrás de su casa . A estas alturas, y tras la repercusión mediática y social del caso, ya hay personas que han tratado de que su madre le convenza para que desista. Según le cuenta a Jean, «la madre dice que no puede hacer nada con el hijo» .
Desde que se encontró con la cerradura cambiada y sin la posibilidad de poder entrar en su casa, Jean se aloja en el Hotel Mesón La Molinera, junto al embalse de Arcos y muy próximo a la playa artificial . En este establecimiento, el más cercano a su domicilio, Jean ha encontrado el apoyo y la ayuda de todos y cada uno de sus empleados. Stefan , gerente de La Molinera explica que «ella no tiene aquí a nadie. Cuando nos enteramos de lo que le había pasado pues ya decidimos actuar y todos estamos implicados. Le pusimos una tarifa especial y a partir de ahí surgió el darle difusión a través de los medios y ha funcionado. Ha alcanzado dimensiones que no esperábamos» .
Stefan, que, desde la recepción del hotel, no para de atender llamadas de personas que se interesan por Jean, explica que desde que ha salido a la luz este caso « hay hasta empresas que se han ofrecido de forma gratuita para desokupar la casa … Se trata de un caso especial, en el que su pareja además ha fallecido y quien se encuentra en la casa es un vecino». «Es alguien conocido en el pueblo», apunta una de las empleadas de este hotel».
Jean está sorprendida por tanto respaldo, por tanto cariño que recibe de la gente, de los medios de comunicación… Eso es lo único que le da fuerza en estos instantes, a pesar de la frustración por no encontrar una manera de que esto se resuelva. Aunque ayer jueves pasó por la casa, este viernes no tiene ánimo. Sólo quiere que las cosas se hagan bien. La Guardia Civil ha ido a verla y ha hablado con ella. Pero por ahora poco se puede hacer.
«La solución es muy difícil porque no sé cuándo será el juicio ni nada. Estoy aquí de momento alojada. Pero la verdad es que me estoy quedando sin dinero . El muchacho dice que mi pareja le dio la llave de la casa y eso no es verdad. Se lo está inventando. Cuarenta años juntos, ¿cómo no iba a saber yo nada de eso? . Lo que me ha sorprendido es la solidaridad de la gente. Me dicen que aquí no suelen pasar estas cosas y me siento realmente apoyada. Me llegan mensajes de gente que no conozco. También se acercan por el hotel y dejan notas en recepción para mí. Tengo unos vecinos maravillosos ».
Movilización
En las redes sociales ese respaldo no cesa. Son muchos los arcenses que están pidiendo que se resuelva este asunto. Incluso se ha convocado a la gente a las puertas de la casa de Jean para presionar y hacer que esta persona abandone la vivienda. De hecho, en el grupo de Facebook 'Arcos habla (sin política)', ya se ha concretado una concentración para este sábado a las 19.00 horas ante el Restaurante Revertito. «La verdad es que no sé qué decir. Hay que presionar si no hay otra solución, aunque tengo la sensación de que le va a dar igual. Pienso que esto está premeditado y preparado . Que él sabe cómo va la ley o cómo no. Además me dijeron que él tiene una casita estilo container enfrente y la está alquilando por 700 euros, es decir que tiene más dinero que yo».
Jean también cuenta con el apoyo desde la distancia de su familia. Sus tres hermanos se encuentran entre Inglaterra e Irlanda. «Ellos no dan crédito porque allí si pasa algo así la Policía tiene poder para actuar. Pero cada país tiene sus leyes que yo respeto».
En el Hotel Mesón La Molinera , donde, a pesar de las circunstancias, Jean se siente querida y arropada, recibe llamadas y mensajes que tiene que responder. Reconoce que este viernes está confusa, abrumada, así como enormemente agradecida. Son demasiadas las sugerencias, las propuestas... Pero ella quiere hacer las cosas bien. « Anoche no pude dormir. También me quedé sin teléfono… Pero estoy muy agradecida a todos, de verdad . Espero que esta pesadilla pueda terminar pronto y si eso pasara estaría muy feliz».
Jean se retira a su habitación para descansar, a intentar poner en orden algunas ideas, a responder a las llamadas de un teléfono que suena incesantemente. Se resguarda contemplando la intensa lluvia que este viernes de junio cae sobre Arcos . Junto al embalse de esta preciosa localidad serrana, aguarda a que pase esta tormenta que nubla su vida en estos momentos. Quiere volver a su casa. Solo eso. «Es donde vivo y conseguirlo me haría muy feliz. Ese es el objetivo».