TRIBUNALES
«Lo de aquella noche fue una auténtica carnicería»
El juicio contra Juan Márquez, acusado de matar a sus dos hijos a puñaladas se centrará en si hubo o no ensañamiento
El padre acusado de haber matado a sus dos hijos en octubre de 2014 en Ubrique cosidos a puñaladas, ha mantenido este viernes la mirada fija. Apenas ha levantado la cabeza y sólo la ha girado un momento al principio de la vista para evitar que las cámaras grabaran su rostro. Cabizbajo ha negado a menudo cuando las partes hacían sus alegatos y contaban las supuestas atrocidades que hizo aquella madrugada. Cómo le dio 26 puñaladas a Laura, rematándola en el rellano de la escalera cuando intentaba pedir auxilio a un vecino, y como de otras 14 acabó supuestamente con la vida de su hijo menor, Juan Pablo. Tenían 19 y 17 años.
Si el presunto asesino terminó con la vida de sus hijos se verá a lo largo del juicio que ha comenzado este viernes en Jerez y que se celebrará hasta el próximo viernes cuando el jurado popular emita su veredicto. Y escuchadas las alegaciones de cada una de las partes, parece que la vista se centrará en dilucidar si este petaquero de profesión tuvo como firme propósito matar a los niños y si además lo hizo con ensañamiento, es decir, si les quiso causar voluntariamente un dolor añadido. Justamente es este matiz el que separa a las acusaciones de la Fiscalía, que considera que no se puede precisar cuándo se produjeron las muertes de los chicos y si sufrieron antes de perder la vida. Sí entiende el Ministerio Público que hubo alevosía. «Nadie puede esperar que su padre lo mate mientras duerme. No hubo posibilidad de defensa y utilizó un cuchillo para hacerlo», afirmó.
El juicio comenzaba pasadas las doce y media después de que se conformara el jurado popular. Juan Márquez había llegado más de dos horas antes desde la prisión de Puerto II donde se encuentra desde su ingreso en prisión. El primero en tomar la palabra fue el fiscal quien describió los hechos. Según explicó, el acusado llevaba meses desatendiendo a sus hijos y dedicaba todos sus recursos, un salario mensual de un empleo estable, a mantener las necesidades que tenía su nueva pareja con la que había comenzado una relación tras fallecer la madre de los niños.
Una herencia y una relación que pudieron tejer su «venganza»
Estanislao Naranjo, el abogado de la familia de Laura y Juan Pablo, contaba este viernes que meses antes de que Juan Márquez los matara, había conocido a la joven. Al parecer acudió a verlo a su despacho porque tenía problemas con la herencia que su madre les había dejado en Ubrique: dos pequeñas fincas y el piso familiar donde vivían. Según le contó entonces, su padre no quería hacer la repartición. «No había forma de que se enterara de cómo lo tenía que hacer... Por ese motivo estamos aquí», lamentó en la vista.
La madre de los chicos había fallecido enferma de cáncer en diciembre de 2013. Cuatro meses después, Juan Márquez tenía una nueva relación sentimental. «Fue entonces cuando comenzó a coaccionar a los hijos», aseguró la acusación. Su objetivo, según siempre esta misma versión, era tener en propiedad el piso para vivir allí junto a su pareja. Pero Laura, la mayor de los hermanos, se enfrentó a él. No entendía como su padre podía tener dinero para su novia y no para su hermano, «que apenas tenía comida y sufría de anemia». Por eso dejó de estudiar y regresó a Ubrique para hacerse cargo como fuera de las deudas. Mientras, como indica la acusación, Juan Márquez gastaba los 1.200 euros que ganaba como petaquero en su vida de pareja. Incluso aseguran que llegó a pedir un crédito de 5.000 euros para pagarle una operación estética a su novia y para alquilar un piso junto a ella.
Una grabación
«Cansada de la situación», Laura acudió a Asuntos Sociales. «Él lo vio como una denuncia y se vengó». Según adelantaron, durante la vista se escuchará una grabación en la que la joven discute con su padre acerca de este asunto y en el que él intenta que los niños le cedan la vivienda familiar.