Coronavirus
El matrimonio gaditano que superó unido el coronavirus
Antonio e Inés recibieron el alta tras una semana de ingreso en la misma habitación del Hospital Comarcal de Villamartín
«Nos hemos apoyado siempre y ahora también. Al estar cerca, el miedo y la preocupación se llevan mejor», dicen
Antonio e Inés se conocen desde que eran niños. Vivían en el mismo barrio de Villamartín, donde crecieron juntos y donde surgió el amor. Tenían 18 y 14 años, respectivamente, cuando empezaron una relación que acabó en boda el 31 de diciembre de 1978. Más de cuatro décadas de casados en las que nada ni nadie les ha separado. Y el coronavirus tampoco iba a ser capaz. «Nos hemos apoyado siempre y ahora también», apunta el marido.
Este matrimonio de 65 y 61 años ha superado unido la Covid-19 en la misma habitación del Hospital de Villamartín, donde ambos ingresaron con problemas respiratorios. «Cuando lo recuerdo aún se me saltan las lágrimas porque al principio lo veía muy mal . Estaba enferma pero pensaba en él porque si le pasa algo yo me muero», expresa Inés, que tenía patologías previas y formaba parte del grupo de población de riesgo.
Todo empezó el sábado 14 de marzo, jornada previa al inicio del Estado de Alarma, cuando recibieron la visita de su hijo mayor . Además del nombre, Antonio comparte profesión con su padre, ya jubilado: agente de la Policía Local. Durante esos días estuvo trabajando con normalidad, expuesto al Covid-19 en la localidad hasta que acabó infectándose. Él achaca a la falta de medidas de protección su contagio, ya que no había viajado recientemente.
Lo que en principio consideraba un simple catarro empeoró y la prueba confirmó el que sería el primer caso detectado en Villamartín. «Parecía que mientras no hubiera positivo no había virus, pero se ha probado que el Covid-19 también se transmite siendo asintomático », apunta el agente, que advirtió de los síntomas pero tuvo que seguir trabajando. Su esposa también se contagió y empezó lo peor: tos, dolores de cabeza, fiebre alta, diarrea...
Sus padres, Antonio e Inés, enfermaron días más tarde, pero los síntomas fueron más duros. El médico, vía telefónica, les recomendó que cada uno se aislase en una habitación. «Nos veíamos muy mal. Nos ahogábamos y perdimos las ganas de comer. Íbamos a peor», recuerda Inés. Su hijo pequeño, profesional sanitario, decidió llamar a Emergencias y Antonio ingresó en el Hospital de Villamartín con neumonía bilateral. «Mi padre llegó a tener casi 40 de fiebre y no podía levantarse de la cama ni hablar», recuerda el hijo.
Antonio fue aislado en una habitación del centro sanitario habilitada para positivos en Covid-19. En aquellos primeros momentos pensó en que «compañeros de la Guardia Civil habían muerto siendo más jóvenes». «Veremos a ver por dónde va esto», advirtieron los sanitarios a su hijo tras el ingreso hospitalario.
Antonio ingresó con neumonía bilateral, lo que generó preocupación en la familia ante el peligro del coronavirus
La soledad de Antonio en aquella habitación duró poco. «Pronto escuché a algún sanitario mencionar el nombre de mi mujer. Cuando me vine a enterar de su ingreso ella ya estaba allí dentro», recuerda. Los médicos trasladaron a Inés a la habitación de su marido para que estuvieran juntos . Los profesionales aprovechan estos casos excepcionales para mantener al paciente acompañado, algo inusual que puede ser fundamental para mantener los ánimos.
Sin embargo, hubo un imprevisto más: Inés dio negativo y tuvo que ser trasladada a otra habitación. «Cuando me lo dijeron me puse contenta porque no quería tenerlo, pero después me llevaron a otro sitio y me vine abajo . Estar con él es diferente; lo ves, estás más contenta...», explica la villamartinense. Los enfermeros hacían que estuvieran informados el uno del otro, aunque consideran que «no es lo mismo».
La pareja notó la separación en distintas habitaciones cuando Inés dio falso negativo en Covid-19: «Me llevaron a otro sitio y me vine abajo»
Los médicos intuyeron que la prueba podía ser un falso negativo, algo que se confimó dos días más tarde con un segundo test. El dar positivo les unió de nuevo, regresando a la habitación compartida. Antonio fue a mejor y se recuperó en menos de una semana . «Estar junto a mi mujer y saber si está mejor o peor me ayudó. Al estar cerca el miedo y la preocupación se llevan mejor», admite Antonio.
La pareja fue dada de alta a la vez, días más tarde. Los profesionales sanitarios les despidieron con un fuerte aplauso que no sería el único, para sorpresa de ambos. Y es que, al regresar a su domicilio, pudieron participar por primera vez en el homenaje diario a los sanitarios desde su azotea. «Llegaron a mi casa tres coches, uno de la Guardia Civil y dos de la Policía Local, que pusieron las sirenas y nos dedicaron unas palabras. Todavía lo recuerdo y me emociona», detalla Antonio.
Villamartín se volcó en homenajes a la Familia Barragán antes y después de la hospitalización del matrimonio
Tanto sus familiares como ellos dos recibieron decenas de llamadas y mensajes de apoyo en esos días. Vecinos de Villamartín colgaron una pancarta a modo de homenaje en sus balcones: «Por vuestra valentía, vuestro coraje... ¡Por la Familia Barragán!» .
«Todo el mundo se ha volcado y no sé ni cómo agradecerlo. Él era cabo de la Policía y es muy conocido» , apunta Inés, orgullosa. «Me pegué otra ‘pechá’ de llorar con tantos gestos», dice el marido, que espera junto a su mujer los resultados del segundo test. El negativo confirmará que han vencido al coronavirus. Y lo han hecho juntos, como casi todo en sus vidas.
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