LABORAL
Tres meses sin solución ni respuesta tras los despidos de los trabajadores del comedor de Camposoto
Los afectados aseguran que los problemas de impagos y retrasos con la empresa Dulcinea Nutrición SL, encargada de los contratos del personal, siempre fueron una constante
Desde el pasado 1 de octubre, los 17 trabajadores del comedor del acuartelamiento del Ejército de Tierra en Camposoto vieron como, de la noche a la mañana, perdían su empleo a la vez que se les impedía el acceso a sus puestos de trabajo dentro del centro militar. Era la culminación de una serie de irregularidades llevadas a cabo por Dulcinea Nutrición SL , empresa responsable de los contratos de los trabajadores del catering, que mantiene una deuda con la Seguridad Social y con los propios trabajadores.
A estos 17 trabajadores, de los cuales 4 de ellos poseían contratos fijos con una antigüedad superior a los diez años y 13 fijos discontinuos, la empresa Dulcinea Nutrición S.L. les debe un montante que supera, según los afectados, los 30 mil euros entre nóminas y pagas extraordinarias , sin incluir las indemnizaciones que reclamarán a partir del 19 de Febrero, fecha en la que se iniciará el juicio. Los contratos con las empresas de catering dentro del cuartel de Camposoto solían respetar a sus trabajadores, al menos a los fijos, sustituyéndose únicamente la empresa subrogada encargada de gestionar el pago del personal y de los proveedores.
Este hecho ha cambiado ahora tras no ejecutarse la prórroga de un año, que debía entrar en vigor en octubre, del contrato con Dulcinea suscrito con el Ministerio de Defensa para dar el servicio de comedor. Cristina Castilla , empleada civil fija desde hace casi una veintena de años en las instalación militares, denuncia que la empresa OHL (que ya venía desempeñando diferentes labores de limpieza dentro del acuartelamiento) «se ha encargado de sustituir a los trabajadores del comedor, incumpliéndose el contrato que teníamos firmado», con la consecuente sentencia definitiva de despido que han sufrido los 17 empleados del comedor en estos últimos días «sin que Dulcinea o Defensa nos comunicasen nada». Los trabajadores r eclaman que OHL no se haya puesto en contacto con ellos para ocuparse de sus contratos y sienten que Defensa «no ha cumplido» con su compromiso de derivar sus empleos a una nueva empresa.
Desde que se les negase el acceso en octubre, los trabajadores concentran sus protestas públicamente cada día a las siete de la mañana frente a las puertas del acuartelamiento de Camposoto. Han recibido el apoyo de los diferentes partidos políticos municipales, incluido el del PSOE de la alcaldesa Patricia Cavada, que no ha conseguido avances en la consecución de soluciones para los empleados.
Más afectados
Además, la situación que viven los trabajadores despedidos se amplía hasta el Campo de Gibraltar, donde los encargados del servicio de comedor de las instalaciones militares de Adalides (Algeciras), Charco Redondo (Los Barrios), Campamento (San Roque) y Camarinal-Bujeo (Tarifa), también bajo contratos subrogados a Dulcinea Nutrición S.L., recibieron la notificación definitiva de despido de la Seguridad social el 13 de diciembre. Desde que se conocieran estos hechos, los afectados se han unido a las manifestaciones en las puertas del cuartel de Camposoto reclamando una solución que, de momento, no llega a la espera de la resolución judicial.
«Normalmente, siempre cobrábamos más tarde de lo previsto y quizás nos pagaban una parte del salario que nos debían a principio de mes y el resto al final», afirma Cristina Castilla, asegurando que desde agosto los empleados fijos no han recibido el pago de su nómina y los fijos discontinuos desde septiembre. Esto se debe a la supuesta falta de liquidez de Dulcinea, que se hizo con la adjudicación del servicio de comedor de los acuartelamientos hace dos años.
Solo en el acuartelamiento de Camposoto se emplazan el Centro de Formación de Tropa número dos (CEFOT-2), con más de 800 alumnos durante el último curso concluido en octubre , y el Regimiento de Artillería de Costa número cuatro (RACTA-4). Los trabajadores despedidos piden «una solución» para poder recuperar sus empleos.
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