SAN FERNANDO
«Siempre he estado al otro lado pero esta vez me tocó a mí»
Un trabajador isleño del 061 que atiende avisos tuvo que ser rescatado por sus propios compañeros tras sufrir un grave accidente de coche cuando iba con su hija de 8 años
![José Carlos, junto a su hija Lydia](https://s1.abcstatics.com/media/provincia/2016/04/26/v/padrehija--620x349.jpg)
Acostumbrado a no perder ni un minuto, a actuar de manera diligente y profesional, José Carlos Vara Llerena sabe que cuando se auxilia un accidente no puede fallar nada. Cada eslabón de la cadena es clave para salvar una vida o no empeorar una situación que ya de por sí es difícil, complicada y a menudo, agónica. Gestor de emergencias sanitarias del 061, este isleño de 46 años se encarga en sala de atender las llamadas de los ciudadanos que alertan de un siniestro. Al otro lado del teléfono debe mantener el control, dar pautas de auxilio si es necesario y obtener a contrarreloj toda la información posible para trasladársela a sus compañeros de las ambulancias que salen a socorrer a las víctimas. Su labor es tan necesaria como agradecida. Y ahora ha sido él mismo quien lo ha comprobado en primera persona.
La tarde del pasado 6 de abril, José Carlos decidió llevar a su hija a Camposoto. Iban a una parcela allí ubicada con la idea de que la pequeña enterrara allí a su hámster. La niña se encontraba muy afectada por la pérdida de su mascota y al padre se le ocurrió esa idea para calmar la pena de la pequeña. Pero al regresar, José Carlos comenzó a convulsionar al volante debido a una epilepsia que hacía 21 años que no se le manifestaba. «No me acuerdo de nada. Ni siquiera sé cómo arranqué el coche. Mi última imagen es la de mi hija con las manos en la arena», cuenta ya más repuesto del accidente. «Por lo visto me quedé inmóvil aunque tuve que mantener el pie en el acelerador».
Estado en el que quedó el coche- LA VOZ Al recibir el aviso, el protocolo habitual se puso en marcha. Un mecanismo que este gestor de emergencias conoce a la perfección pero que esta vez por desgracia se vio obligado a protagonizar. «Llegó la Policía Local. El agente actuó perfectamente, como se debe de hacer. Como no había recuperado del todo la conciencia me dejó en el sillón del conductor con mi cinturón hasta que llegaran los sanitarios».
La ambulancia ya estaba en marcha. «Estuvieron rapidísimos. Salieron del Puerta del Mar y llegaron a por mi hija y por mí en diez minutos». Sus propios compañeros iban a su rescate sin saberlo. «Cuando vieron que era yo, según me han contado después, se quedaron impresionados pero siguieron trabajando como siempre. Por todo el mundo lo dan todo». Por eso quiere darles las gracias públicamente también a ellos: «A la doctora Chari Lagares, al enfermero Juan Péculo y al técnico de emergencias Antonio Puertas, fantástico equipo del 061 que, al igual que el personal de sala, nos atendió tan profesional y espléndidamente a mí y mi hija, pero, sobre todo, por su faceta humana... por el cariño recibido».
«Quiero dar las gracias a todos los que nos asistieron. Fueron unos grandes profesionales»Del lugar del accidente fue trasladado al hospital Puerta del Mar. Allí recibió la ayuda de todo el equipo de urgencias. «Me atendieron con sumo cuidado y atención, bajo la coordinación del doctor Julio Enríquez, genial en todo momento».
José Carlos dice que ha vuelto a nacer, que la vida le ha dado una segunda oportunidad y que, aunque ahora está de baja con varios traumatismos, una luxación en el hombro y dolor cervical, seguirá en cuanto pueda cogiendo avisos y gestionando emergencias al otro lado del teléfono. «Ahora, más que nunca, sé lo importante que es».