ESTAFA
Recupera el dinero que dio en un piso fantasma tras años de lucha
Benito González le gana la partida a Aifos y a los bancos en una sentencia que le da la razón para que le reintegren los 60.000 euros que entregó
Era el año 2008 cuando la situación de la promoción de viviendas Cala del Sol (situada en la Ronda del Estero, junto al muelle de Gallineras) se hizo insostenible. Los futuros propietarios protestaban a pie de obra porque todo olía ya demasiado mal. Hacía dos años que les deberían de haber entregado los pisos, la obra había estado paralizada meses por impagos y el caso Malaya se había llevado por delante a parte de la cúpula de Aifos, la promotora.
Los peores temores se confirmaron cuando la empresa cayó en concurso de acreedores, perdieron los pisos y no vieron ni un euro de los 60.000 euros que habían entregado a la espera de recibir las llaves. Ironías de la vida, los bancos (que también solicitaban el impago del préstamo dado a Aifos para la obra) se hacían con las viviendas que han vendido a otros compradores.
Más de una década de lucha, pues las primeras protestas comenzaron en 2006, que se ha llevado por delante la felicidad de muchas familias, hipotecadas, sin dinero, sin pisos o habiendo poniendo en riesgo a padres, hermanos y amigos que les avalaron.
A lo largo de todo este tiempo solo se han llevado reveses. Hasta ahora. Una de las personas más activas en la lucha, que no se ha dejado vencer por el tiempo ni las adversidades, a pesar de lo mal que lo ha pasado, ha conseguido por fin lo que buscaba desde el principio. Que le entreguen los 60.000 euros que había dado por la casa que finalmente no fue para él.
Así, al menos, lo reconoce una sentencia que condena a la entidad bancaria a devolverle todo su dinero con sus intereses legales. La luz al final de este profundo túnel que se hizo demasiado oscuro. Ahora Benito González puede respirara tranquilo, pero su camino no ha sido sencillo. Él fue el que por poco consigue asignarse toda una promoción de 225 viviendas (uno de los dos bloques que la conforman) al quedar la subasta que se hizo para solucionar los impagos desierta y solicitarla como indemnización a la deuda. El juzgado le dio la razón pero entonces fue cuando Aifos solicitó la entrada en el concurso de acreedores, lo que dio al traste con ello.
Se quedó casi en la ruina y tuvo que solicitar un abogado de oficio para poder continuar. Francisco Bernal continuó el trabajo y las directrices marcadas por el letrado José Antonio Gamero para finalmente ganar este caso tras años de pelea judicial.
Esta sentencia se convierte en la gran esperanza del resto de afectados, que son más de 330 entre los dos bloques, pues está en juego el que puedan recuperar los más de 20 millones de euros entregados en esta promoción. Y es que la sentencia no deja dudas de que la entidad faltó a su obligación legal de garantizar la devolución de todas las cantidades entregadas, para el caso que los pisos no se construyeran o no se entregaran en su debido plazo, que fue lo que pasó.
Ambos edificios pasaron a ser propiedad de entidades bancarias que se los adjudicaron en pago de su préstamo hipotecario, los finalizaron y pusieron a la venta, habiéndose vendido a terceras personas la mayoría de ellos. Por lo tanto, los bancos no solo no avalaron la devolución de cantidades, sino que se quedaron con el terreno y con el edificio en construcción casi terminado, donde en definitiva estaba invertido el dinero de los clientes. Hay que decir que la sentencia no es firme, pero sí un gran paso para los afectados.