TOROS

Tensión en la plaza de toros de San Fernando en una protesta antitaurina

La policía ha tenido que intervenir en varias ocasiones para evitar que las provocaciones fueran a mayores

C. CHERBUY

Un 16 de julio pero del año 1871 se celebraba la primera corrida en la plaza de toros de San Fernando con los diestros Antonio Carmona ‘El Gordito’, José Giráldez Jaqueta y José Negrón. Este sábado volvía a abrir sus puertas, con motivo de la Feria del Carmen y de la Sal, y lo hacía con un cartel formado por el mano a mano entre David Galván y Alberto López Simón, pero con un panorama muy distinto. Primero porque la plaza ya solo acoge un gran festejo al año; y segundo porque se toparon con la enérgica protesta de varios grupos animalistas y antitaurinos de la provincia. La primera a la que se enfrentaba el coso isleño.

A las seis y media de la tarde comenzaba una concentración, que contaba con la autorización de la Subdelegación de Gobierno, y que lo hacía ya con los malos ojos de los que vendían las almohadillas que no querían que se pusieran a su lado. La Policía Nacional estaba preparada y contaba con varios agentes desplegados, sobre todo por el clima que se ha creado tras el fallecimiento del torero Víctor Barrio y los comentarios que han surgido en las redes.

La Policía situó a los manifestantes en uno de los lados de la plaza. Todo comenzaba con normalidad, con cánticos y consignas mientras los que pasaban por el lugar los miraban, hasta que sobre las siete de la tarde se intensificó la afluencia de personas que acudían a ver el espectáculo taurino. Algunos llevaban camisetas en las que se podían leer «Toros sí» y, en cuestión de minutos, la tensión creció al crearse dos grupos uno en frente del otro y lanzarse acusaciones, reproches y provocaciones. Fueron varias las ocasiones en las que la Policía tuvo que intervenir para evitar que la tensión llegara a más. Pancartas muy cerca de los grupos que fueron arrebatadas y niños que hacían su particular faena mientras eran arengados por los mayores y encendían a los antitaurinos.

Más de una vez los agentes se vieron obligados a parar a personas de uno y otro lado que se iban lanzados increpando en busca de enfrentamiento. Pero se quedó ahí. Según se acercaba la hora del comienzo de la corrida el público comenzó a entrar en el recinto y la tensión empezó a rebajarse, hasta que ya en la calle tan solo se quedaron los antitaurinos que leyeron varios manifiestos y realizaron diferentes minutos de silencio por los toros que iban a morir. Todo ello mientras que en el interior el espectáculo transcurría con normalidad.

A las nueve de la tarde, hora hasta la que tenían autorización para la protesta, la Policía despejó el lugar, de manera que cuando ya salió el público no quedaba ya rastro de la tensión que se había vivido unas horas antes. Este domingo habrá una novillada en clase práctica para completar los festejos, sin que se esperen nuevas protestas y es posible que ya no haya otra gran corrida hasta el próximo año.

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