CAMARÓN
El mito de la Isla regresa a su casa
La casa natal de Camarón abres sus puertas hasta octubre y ya en su primera jornada atrae la atención de varios turistas de Valladolid y Burgos, que se han acercado a conocer las raíces del cantaor
Fotos familiares, sus comienzos, el origen. Es lo que buscan las personas que se acercan hasta un lugar que pretende convertirse en templo para los flamencos. Ayer abrió sus puertas la casa natal de Camarón, situada en la calle Carmen, tras la profunda reforma a la que ha sido sometida por el mal estado en el que se encontraba. Está abierta, aunque de momento sólo hasta el próximo mes de octubre. Una apertura temporal que se realiza para no perder la oportunidad de ganar el interés del turista de cara a la época estival y a espera de que la explotación de la finca se pueda adjudicar de forma definitiva.
Y en su primera jornada de apertura ya mostró parte de lo que puede llegar a ser puesto que hasta lugar se acercaron personas de Valladolid o Burgos, si bien no hubo grandes aglomeraciones, más allá de un goteo constante de visitantes. Se espera que el flujo aumente durante los próximos días, cuando se expanda la noticia de que la casa ya tiene sus puertas abiertas. Eso sí, tan solo de viernes a domingo.
La apertura de la casa viene envuelta de una polémica que le acompañó desde el principio, ya que el que acuda a este patio de vecinos lo va a encontrar muy cambiado de lo que realmente era cuando vivía en ella el mito flamenco. Precisamente los espacios más diáfanos son los que pertenecen a los dos cuartos en los que se criaron la familia Monge Cruz. En el primero, tan solo se incluye la proyección de un documental con declaraciones de personas que llegaron a conocer al cantaor. En la otra, una especie de salas de sensaciones en la que solo está iluminada una silla y un clavel, que evidencian el hueco que existe en el cante desde que se fue. A su vez, en las paredes aparecen imágenes que reflejan a Camarón desde su niñez hasta las distintas etapas de su carrera.
Los orígenes es lo que se atisba, pero sabe a poco la visita, quizás la experiencia llene más una vez se consiga levantar el museo de un mito que al menos ya ha regresado a su ca