Un joven militar, dispuesto a ponerse en huelga de hambre tras causar baja por discapacidad

C.Cherbuy

La vida de Francisco Javier Fontao cambió de manera drástica en junio de 2011 cuando el Hammer en el que iba volcaba en unas maniobras en la sierra del Retín de Barbate. Atrapado por el pie finalmente pudo ser rescatado, pero perdería movilidad. De esta manera se le concedió un 15% de minusvalía por su situación aceptando el Ejército que no era ya apto para seguir ejerciendo como profesional militar, pero sí para valerse en la vida civil, causando baja por tanto y, según Francisco Javier, quedándose «desamparado» con mujer y dos hijos.

Y es que este joven, con ahora 29 años, entró en Infantería de Marina con 18 y desde entonces ha desarrollado su carrera militar, que se ha visto rota y sin tener «ningún otro tipo de oficio o formación para poder ganarme la vida».

Pide desarrollar otro tipo de actividades dentro de la Armada, acorde con su capacidad y posibilidades físicas y por ello está dispuesto a realizar si es preciso hasta una huelga de hambre, ya que no entiende que desde Defensa se haya tomado esa opción en su caso, cuando considera que sí existen cargos que puede desarrollar dentro del ejército sin necesidad de que le den de baja. «Mi situación se complica porque no tengo otra formación que no sea la militar y he desarrollado toda mi carrera allí y ahora me quedo sin nada».

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios