San Fernando

Dos horas para ver un cementerio

Los Lamela vuelven a convertirse en los protagonistas de la fiesta de Halloween en San Fernando

La perfecta caracterización de los personajes durante la noche de Halloween en Camposoto C. CH.

C. CH.

«Ya el que nos ve nos pregunta que si hemos empezado a preparar las cosas para este año, que cuál es la idea y muestran mayor curiosidad por lo que hacemos». Pero los Lamela inician el montaje de su cementerio dos meses antes de que llegue Halloween . Cada vez cuentan con más elementos, mejor preparación y mayor presión. Y es que lo que comenzó siendo una forma de convivencia y de diversión familiar, saliendo disfrazados para dar sustos en una huerta, se ha convertido en la gran cita de la fiesta de Halloween en San Fernando.

Los dos motivos principales no se han perdido, ya que siguen siendo unos días de reencuentro familiar y de amigos, así como una gran diversión, pero a todo ello se une los nervios de ver a la multitud que se agolpa fuera. «¿Son muchos? Mira todas esas cabezas allí a lo lejos juntas en las vallas. Es increíble».

Y tanto porque hay momentos en el que la espera para entrar es de más de dos horas. Dos horas esperando en la cola para poder entrar en el cementerio de Camposoto, como popularmente ya se le conoce.

Lo hacen de forma gratuita, aunque ya comienza a desbordar y precisan de mayor colaboración de la Policía y de ayuda para coordinar el despliegue. Ya nadie se quiere perder esta cita, en la que los Lamela ponen todo su empeño , tanto que comienzan a maquillarse a las diez de la mañana para salir a dar sustos a las ocho y media de la tarde. Son muchos, una treintena, y cada uno tiene su personaje, su sitio y papel dentro de una función que se alarga según las personas que haya esperando.

Una comunidad

«Esperemos que se entienda la idea de lo que hacemos este año». Y es que en cada edición cambian la forma, los espacios y también la temática del cementerio. En esta ocasión se han convertido en una comunidad Amish con el toque zombie que siempre les caracteriza. Además han creado un túnel con distintas estancias en las que se pudo ver a personajes colgando del techo, saliendo de debajo de la cama, sillas que se mueven sola, motosierras y hasta la imagen proyectada de un fantasma que se despide lanzando besos.

Esta familia ha conseguido convertirse en uno de los grandes atractivos del Halloween en San Fernando, una fiesta que la ciudad quiere coger como bandera y que lo está consiguiendo, porque si Camposoto fue el enganche, el centro se ha convertido en el epicentro. Plazas totalmente ambientadas, bailes, pasajes del terror, para que La Isla sea un referente de la provincia con esta celebración.

Quiere lograr una relación igual que el Carnaval y Cádiz, para que cada 31 de octubre la Bahía ponga su mirada en la ciudad y acuda a realizar por las calles isleñas el ‘truco o trato’ que cada vez es más popular.

La respuesta por el momento es más que positiva y las calles se llena de personas disfrazadas para vivir esta intensa jornada que se alarga por la madrugada. Una fiesta que San Fernando está haciendo suya y que con iniciativas como las de los Lamela, va camino de convertirse en el escenario donde poder vivir la noche de los muertos vivientes.

Dos horas para ver un cementerio

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