DRA. ALICIA VALLINA VALLINA - TRIBUNA LIBRE
Una gran historia para San Fernando
Este año se cumplen 250 años del traslado del Departamento Marítimo de Cádiz a la Real Isla de León (1769-2019)
El Museo Naval de San Fernando es actualmente uno de los referentes más significativos de la vida cultural de la bahía de Cádiz . Sus orígenes se remontan a 1769, momento en que la villa de la Real Isla de León se convierte en cabecera del Departamento Marítimo de Cádiz. De este modo, y con el fin de dotar a la Academia de Guardiamarinas de instrumentos para la mejor formación de los alumnos, se pensó en constituir una biblioteca especializada además de un museo en el que se reuniesen todas las ciencias necesarias para la completa instrucción del cuerpo de la Armada. Desde la aprobación del proyecto de museo, en 1792, se había hecho acopio de gran cantidad de objetos de interés cultural y científico. Todo este material se distribuyó entre el Real Observatorio y otras dependencias del Departamento, para luego pasar a formar parte de lo que sería el Museo Naval. Sin embargo, ya no se instalaría en la Isla de León sino en Madrid, durante el reinado de Isabel II. No fue hasta 1992 cuando abrió sus puertas el Museo Naval en San Fernando, en el mismo edificio donde habría estado ubicado en el siglo XVIII, hoy Escuela de Suboficiales. En 2016 se trasladó a la nueva sede, un magnífico edificio habilitado como museo en el emblemático edificio de la Capitanía General de Marina del Departamento Marítimo de Cádiz primero, posteriormente Zona Marítima del Estrecho.
En un principio, los Departamentos Marítimos se crearon como unidades organizativas con el objeto de actualizar y dotar de instituciones competentes y bien estructuradas a una nueva Armada en los albores del siglo XVIII. José Patiño, Intendente General de la Armada durante el reinado de Felipe V, impulsó toda una serie de reformas de Estado. Inspirándose en el modelo departamental francés, su intención fue la de promover la construcción naval con embarcaciones modernas y de gran potencia, sin descuidar, por otro lado, la instrucción y la formación académica de los futuros marinos. Así, surgirán paulatinamente una serie de instituciones que conformarán el moderno entramado del Departamento Marítimo de Cádiz, el primero de la Real Armada en España , y al que siguieron años después el de Cartagena en el Mediterráneo y el del Norte en la vertiente Atlántica.
El entorno gaditano venía siendo, desde el siglo XVII, un enclave esencial para el comercio y el desarrollo cultural del país, pues de Cádiz partían las embarcaciones que hacían la carrera del comercio a las Indias desde que se instaló allí la Casa de la Contratación de Sevilla en 1717. Por tanto, el Departamento Marítimo debía centrarse en promover la construcción naval a través de un nuevo arsenal y astillero: La Carraca. Del mismo modo, se potenciaría la formación a través de una academia científica propia de los avances del siglo de las luces: la Academia de la Real Compañía de Guardiamarinas. El nuevo arsenal no se empezó a construir hasta la década de 1750. Heredero del antiguo Real Carenero del Puente Zuazo, al norte de la Isla de León, se trasladó allí todo lo referente a la construcción naval, reparación y carenado de las grandes embarcaciones militares del siglo XVIII , además de servir como lugar de almacenamiento y distribución de armamento.
Por otro lado, la Real Compañía de Guardiamarinas se crea en 1717 y se establece en Cádiz al amparo del nuevo Departamento Marítimo, ya que la constitución de una academia para los aspirantes de marina era fundamental si se querían alcanzar los objetivos científicos trazados. Esta se situó en el Barrio del Pópulo de forma provisional, en antiguos caserones, a la vez que se iba conformando la academia. Del mismo modo, era preciso que se creara un centro de observación astronómica, logro que consigue Jorge Juan como capitán de la Real Compañía.
Ya en tiempos del marqués de la Ensenada se contempla la necesidad de reubicar todas las dependencias del Departamento Marítimo en las proximidades del Arsenal de La Carraca, pues la ciudad de Cádiz era un lugar limitado por el mar y demasiado alejado del propio arsenal. Al poco tiempo de alcanzar Carlos III el trono de España, se dispuso el traslado de todo el Departamento Marítimo a la villa de la Real Isla de León, empresa que recae en la figura del marqués de la Victoria, Capitán General del Departamento, a partir de 1769. Para albergar a todo el Cuerpo de la Armada era necesario levantar nuevos edificios por lo que, para tal fin, se proyecta una nueva población militar. La Academia de Guardiamarinas y la Real Compañía se sitúan temporalmente en el conocido Barrio del Sacramento, en el centro de la ciudad, y se inician los trabajos de edificación de un nuevo Observatorio de Marina próximo a la Academia .
Si por algo se caracterizó el siglo XVIII fue por ser un punto de inflexión desde el punto de vista social, político, cultural y económico con respecto a épocas anteriores. En España, esta gran revolución vino de la mano de hombres notables como sería el caso de Zenón de Somodevilla, Marqués de la Ensenada. La Armada siempre fue un objetivo prioritario para él pues era de la firme opinión de que nada se conseguiría si España no contaba con una Armada fuerte, potente y numerosa en barcos. La necesidad imperante era la construcción de nuevos buques , tecnológicamente avanzados, en un breve periodo de tiempo.
«Sin marina no puede ser respetada la monarquía española, conservar el dominio de sus vastos estados, ni florecer esta península, centro y corazón de todo», Marqués de la Ensenada.
El Arsenal gaditano de La Carraca , próximo a la villa de la Real Isla de León, tardó tiempo en terminarse debido al tipo de terreno dónde se asentaba. Las obras de construcción se iniciaron en 1752, siendo años más tarde el Secretario de Marina, D. Antonio Valdés, quien se encargará de su conclusión. Las obras se desarrollaron con dificultad por ser un terreno excesivamente fangoso e inestable, aunque finalmente allí se construirían buena parte de las fragatas y corbetas más relevantes de la época, como las famosas Descubierta y Atrevida, embarcaciones empleadas en la expedición de Alejandro Malaspina y José Bustamante alrededor del mundo.
De este modo, la conmemoración del 250 aniversario del traslado del Departamento Marítimo de Cádiz a la actual isla de San Fernando constituye uno de los episodios más relevantes de la historia de esta ciudad, impulsando sobremanera su desarrollo y convirtiéndola en una de las más prestigiosas de la bahía gaditana, a la que se une indudablemente la formación del actual Museo Naval de San Fernando.