ANIVERSARIO ESCUELA DE SUBOFICIALES

75 años formando a los suboficiales de la Armada Española

Por la Escuela de Suboficiales de la Armada, situada en San Fernando, pasan cada año 850 alumnos

Alumnos realizando instrucción en el patio de la ESUBO. CARLOS CHERBUY

Verónica Sánchez

Son las 07.45 horas y los 191 alumnos del Curso de Acceso a la Escala de Suboficiales (CAES) forman a los pies del bicentenario Panteón de Marinos Ilustres, homenaje a los que dieron su vida por el país cuya bandera, ahora, ellos portan en el brazo. Con el izado de la rojigualda comienza el día para los futuros sargentos de la Armada Española.

Después, relevo de guardia entrante y guardia saliente y ‘revista de policía’, es decir, los mandos repasan la uniformidad de cada uno, el pelo, la barba, etc... que todo esté perfecto. Tras ello, directos a clase. A las 10.30, descanso de media hora para el bocadillo y a las 14.30 horas, 60 minutos para comer. Y de nuevo clases hasta las 17.15 horas. Pero la jornada continúa, «es tiempo libre y normalmente lo utilizamos para estudiar» , explica Ana Pérez, una de las alumnas CAES.

Cada año en septiembre llega a la Escuela de Suboficiales, situada en la Población Naval de San Carlos, una nueva promoción de aspirantes a suboficiales de la Armada. Aquí pasan seis meses, realizando la parte de formación general militar . Tras ello, marchan dos años y medio a sendas escuelas, situadas en Ferrol, para los del Cuerpo General de la Armada y en Cartagena, para los de Infantería de Marina, donde realizan sus diferentes especialidades. Transcurridos los tres años regresan a San Fernando para recibir sus despachos de sargento en julio, en una ceremonia que suele estar presidida por Su Majestad el Rey y/o la ministra o ministro de Defensa.

«Las primeras semanas aquí tienen mucho de instrucción militar», explica el comandante director de la Escuela de Suboficiales de la Armada, el capitán de navío Jesús Ángel Paz Pena . «Luego empieza la fase más de clases: organización de la Armada, ética, liderazgo, sanidad, Inglés (una de las cargas más importantes porque es imprescindible) y educación física», cuenta. Además, algunas tardes realizan visitas como, por ejemplo, la que llevaron a cabo la pasada semana al buque escuela ‘Intermares’, atracado en el puerto de Cádiz. «Ahora estamos en las semanas de vela. Los alumnos, en grupos de 15, van a la Estación Naval de Puntales, donde la Escuela tiene dos barcos y salen a navegar con los profesores».

Aprovechar la oportunidad

De los 191 alumnos CAES de esta 82ª promoción, 36 son de acceso directo, es decir, hasta el pasado mes de septiembre eran civiles, mientras que el resto son de promoción interna, personal de tropa y marinería que quiere ascender de escala. Todos ellos acceden por oposición. Juan Antonio Collantes es uno de estos últimos. Soldado de Infantería de Marina en el Tercio del Sur, perteneciente a los Equipos Operativos de Seguridad, «tenía dos ambiciones, ascender y la estabilidad económica». Este isleño de 30 años asegura que la formación es «muy intensa» , algo que ya le habían advertido otros compañeros de promociones anteriores, pero «está yendo muy bien». Y es que todos son conscientes de que los galones de sargento hay que ganárselos con tesón y mucho trabajo.

«Son tres años duros pero para mí es un proyecto profesional que creo debe estar dentro de todos los militares, ascender y mejorar si crees que tienes capacidades», asegura Noemí Ruiz, otra de las alumnas. Portuense de 28 años, era marinero de operaciones y sistemas y estaba destinada en el remolcador ‘Mahón’, en Ferrol. El futuro se lo imagina desarrollando su especialidad, artillería, en un «buque de primera línea, no me importa donde porque creo que dentro de las cualidades del buen militar está el adaptarse al destino que te toque », explica.

Galería.

En un buque también se ve María del Pino Aguiar, canaria de 29 años, antes destinada en el buque ‘Cantabria’, en Ferrol. «El ritmo en la ESUBO es alto pero se aguanta por ilusión» , afirma, «al que está aquí le ha costado mucho tiempo de estudio y preparación física y no va a dejar pasar esta oportunidad», destaca.

No es fácil compaginar los estudios de suboficial con la vida personal. «Le quitamos muchas horas para hacer deporte, instrucción, estudiar, las clases, pero se lleva», asegura la portuense Marta Nieto, de 26 años que, tras tres años de servicio, en la fragata ‘Almirante Juan de Borbón’, ve ascender a suboficial como «el camino de afianzarme y quedarme en la Armada toda la vida ».

Los alumnos de promoción interna llegan con un bagaje profesional que no tienen los de acceso directo. «Te dan muchos consejos, nos apoyamos», afirma Ana Pérez, chiclanera de 20 años que, tras realizar la selectividad y atraída por las posibilidades de la Armada de «viajar y ver cosas distintas», decidió presentarse a suboficial. «La especialidad que más me gusta es administración, así que cuando vi que la Armada la tenía me pareció una gran oportunidad», destaca. Del instituto y su casa a estar en una escuela militar. Ha cambiado toda su vida. «La rutina es totalmente diferente, pero te adaptas bien, es lo que hemos elegido, estamos donde queremos», declara sonriente. Su compañero Alejandro Moreno ya sabía a lo que venía. 19 años, isleño de familia de tradición militar, con padre, tío y abuelo suboficiales de la Armada, lo tenía claro desde siempre. Además su promoción es muy especial, porque es testigo y protagonista del 75 aniversario de la ESUBO. «Estamos muy emocionados y contentos», señala Alejandro.

La Armada es Cádiz

También se sienten así sus profesores que, durante el medio año que los alumnos CAES están en la Escuela isleña intentan «darles una base de conocimientos generales para que luego los desarrollen en sus escuelas de especialidades», afirma el subteniente Francisco Luis Sánchez, profesor de Gestión de Material (logística). «Vienen muy motivados», destaca el teniente de navío César Martín, que imparte Cultura Naval y Mantenimiento, sobre los alumnos. Asimismo, «cada 14 ó 15 alumnos se designa un tutor para estar pendiente de ellos, enseñarles técnicas de estudio y que lo afronten con éxito», subraya.

Además del Curso de Acceso a la Escala de Suboficiales, en la ESUBO se imparte el Curso de acceso a la Escala de Suboficiales de los Cuerpos Comunes de Músicas Militares y otros cursos de enseñanza de perfeccionamiento , como los de actualización para el desempeño de los cometidos de suboficial mayor, de brigada o de cabo mayor de la Armada. De este modo, hay picos, como ocurre en estos días, en los que coinciden 320 alumnos en la ESUBO. En total, al año, unos 850 alumnos pasan por aquí.

Una escuela profundamente vinculada a Cádiz. «La Marina lleva aquí desde el siglo XVIII. No se concibe la Armada sin San Fernando y Cádiz », afirma el comandante director de la Escuela de Suboficiales, que destaca las buenas relaciones institucionales y lo cómodos que se sienten aquí los miembros de la Armada. «Podemos pasear de uniforme perfectamente, no hay miradas extrañas», pone de relieve.

El capitán de navío Paz estará al frente de la ESUBO los próximos tres años. Un tiempo en el que se plantea dos objetivos: « contribuir a la transformación digital de la Armada » e implantar su experiencia en operaciones , ya que «los suboficiales son cuadros de mando que tienen que decidir en situaciones complejas y deben ser capaces de anticiparse». Pasado, presente y futuro para mejorar la formación de los suboficiales de la Armada.

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