Costa se estrena en el día grande de España

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España salió reforzada de Luxemburgo. Volvió a parecer una selección sólida y sobre todo consiguió que Diego Costa marcase. El delantero, nacionalizado con polémica antes del Mundial, se quitó un peso de encima el día de la Hispanidad, después de aportar mucho en ataque y desesperarse en el remate. Cuando ya casi no esperaba quebrar su sequía, que se quedó fijada en 515 minutos, lo consiguió en la opción menos clara de todas las que dispuso. Doble respiro para esta España que, sin tener enfrente el sparring más competitivo, mostró juego y actitud para no dar respiro a Luxemburgo, la 127 del mundo (43 a nivel europeo) y que tuvo en su portero irrespetuoso hacia la figura de Casillas a su mejor hombre, en una victoria que sirve para llenar de optimismo el zurrón. Del Bosque amplió a 49 los futbolistas que ha hecho debutar y terminó con la sonrisa en la cara tras vivir días amargos por la primera derrota en ocho años en fase de clasificación.

El seleccionador avisó cinco cambios, pero optó por cuatro. Como estaba previsto, Iker dejó su plaza a De Gea, que jugó su primer partido oficial con la tranquilidad y seguridad que viene transmitiendo en el Manchester United, y metió a Bartra, Carvajal y Alcácer, el goleador deseado, por Cesc. Dos puntas para rematar más, sobre todo porque el valencianista, además del conocido gol, tiene capacidad de desmarque y es capaz de jugar también de segundo punta. Un comodín en la manga para cualquier día y rival.

Llamó la atención que siguieran Silva, Busquets y Alba porque fueron quizá los menos afortunados de la derrota en Zilina, quizá porque las posiciones en Eslovaquia de los dos primeros junto a Cesc y Koke no fueron las más idóneas. La dupla ofensiva controlaba a los centrales y los tres medios de Luxemburgo perdían el duelo con Koke-Iniesta-Busquets, permitiendo que el canario estuviera cómodo y tuviera momentos para la pausa detrás, en la posición clásica de enganche. Para España es importante que aparezca, como que Busquets esté más en su zona.

Su rival optó por prescindir de un punta, para colocar un pivote. No fue ese equipo que esperaba España jugando muy arriba y abierto. Encerrados, con los centrocampistas sólo centrados en defender y agarrados a su portero, el veterano Joubert, que había faltado el respeto a una leyenda como Iker Casillas. Lo cierto es que respondió bien el meta, frenando el ímpetu de Diego Costa. Las tuvo de todos los colores. En una quizá le hicieron penalti; en otra Alcácer dejó pasar pero se resbaló; cabeceó dentro del área y topó con la mano de Joubert que le tapó dos veces más una de ellas con la zurda en la que dudó si rematar o pasar elaborando un golpeo al que no llegó Alcácer pese a planear por el césped. Le buscaban y él respondía, sin encogerse por no acertar.

Estaba siendo el mejor junto a Joubert, que le estaba amargando. Lo normal era que le entrase una, ya sólo por probabilidad. El 0-1 parecía cuestión de tiempo. Pero el que acertó fue Silva tras un balón a la espalda de los centrales que quedó en la frontal tras el despeje. Zurdazo que entró por alto. Siguió España buscando bolas cruzadas a la espalda de Chanot y Phillips, pero no las aprovechó. La primera se le adelantó el central pero en la segunda marró sólo ante el meta. Un error increíble que provocó que por primera vez se levantara la camiseta y mostrara su desesperación. 500 minutos sin marcar, algo raro porque para esas alturas siempre había hecho gol. La encontró en un córner, tras una acción de rechaces a modo de 'pinball'. Antes marcó Alcácer que marcó su tercer gol en 140 minutos con La Roja sobre el césped, ampliando a siete su racha en sus diez últimos partidos de la campaña. Costa fue animado por Iniesta, que estaba deseando que marcase como todo el equipo.

Debut de Rodrigo y Bernat

La segunda mitad permitió sacar más conclusiones positivas mientras la selección no paró de buscar ese tanto del desquite. Los sub-21 que llegan tiran la puerta. De Gea salió bien a los balones por alto, transmitiendo seguridad. No fue nunca de ponerse nervioso, pero menos ahora tras tantos años. «Teníamos pensada una transición dulce que ya no puede ser, lo de Casillas no tiene remedio». No tuvo mucha actividad pero sí metió una buena mano en un centro lateral de Janisch que se envenenó, mandando la bola a córner. En cuatro partidos Luxemburgo no había marcado ni un solo gol a 'La Roja' y evitó que se estrenaran con él bajo palos.

Bartra estuvo rápido en todos los cortes, demostrando ser una alternativa real como cuarto central. Bernat mostró en los veinte minutos que jugó las mismas capacidades que en el Bayern, mostrando que existe un perfil ofensivo en la izquierda por delante de Alba. Rodrigo también quiso sacar nota en su estreno y asistió de modo excepcional con la zurda al valenciano, que marcó llegando desde atrás y tirando la diagonal. El mazazo de Brasil, prolongado por la derrota en Zilina, empezó a difuminarse en el día de Hispanidad.