La sub-21, obligada a ganar en Cádiz para ir al Europeo y no perderse los Juegos

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La selección española sub-21 está obligada a ganar el martes a Serbia en Cádiz (18.00 h. Cuatro) para sacar el pasaporte para el Europeo de la categoría y no perderse los Juegos de Río 2016. Después de empatar a cero este viernes ante Serbia en Jagodina en la ida de una eliminatoria decisiva, al equipo que dirige Albert Celades sólo le vale la victoria en el Ramón de Carranza para evitar un fiasco, ya que la derrota o un empate con goles dejaría a España fuera de la cita continental y, por consiguiente, también de la olímpica. Ello supondría un durísimo golpe y un retroceso para las categorías inferiores, con una selección reforzada para esta ocasión, por lo mucho que está en juego, con el madridista Isco, quien, entre otros internacionales sub-21, ya ha debutado con la absoluta.

España, campeona de Europa en las dos últimas ediciones, consiguió dejar su portería a cero en terreno serbio, aunque le faltó profundidad y pegada para marcar algún tanto y dejar encarrilada su clasificación para la fase final de la Eurocopa que llevará a Río de Janeiro, donde no puede faltar una selección de tanta experiencia y talento. El fútbol español ya se quedó fuera de los Juegos de Atenas y Pekín, de forma consecutiva, y no puede permitirse otro mazazo, ahora que la absoluta atraviesa momentos tan complicados. Al igual que le ocurrió el día anterior al equipo de Del Bosque, los jóvenes, con el regreso de su máximo goleador, Morata, carecieron de remate y contundencia ofensiva en terreno balcánico. Aunque la sub-21 generó muchísimo menos peligro que la absoluta, al menos no encajó ningún tanto que hubiese complicado el objetivo.

En un choque de precauciones, con escasas oportunidades por parte de ambos equipos, a la selección de Celades dominó el encuentro, pero ante un defensivo rival, apenas encontró huecos para romper la barrera local, aunque tampoco corrió riesgos atrás. Hubo que esperar al tramo final el partido, en el que Serbia llegó a aguantar con diez los últimos cinco minutos por la lesión de Petkovic, para que España se animase y llevase a cabo un asedio sobre el área serbia, con Saúl Ñiguez como principal protagonista. Pero no hubo claridad ni puntería.