¿Se han ido los ultras de los estadios?
Actualizado: GuardarEl problema de los ultras en el fútbol español sigue latente. Tras una época a principios de los años 90 en los que el conflicto entre grupos ultras se encontró en su punto álgido, parece que éste resurge con fuerza por el relevo generacional en el poder de cada grupo de seguidores radicales. Éste fue el principal motivo por el que en la víspera del Real Madrid - Real Sociedad de la temporada pasada, el grupo que encabeza Antonio ‘El Niño’ atacó el bar que regentan los cabecillas de ‘Ultra Sur’.
La pelea derivó en la prohibición de la entrada del grupo radical a su habitual localización en la ‘pecera’, como así la denominan, situada detrás de la portería del fondo sur. Para ocupar su lugar, el club apoyó la creación de una ‘grada joven’, de lo que se encargaron las peñas blancas ‘La Clásica’ y ‘Primavera blanca’.
Las reclamaciones judiciales de muchos de los seguidores radicales y las irregularidades en el acceso a la nueva grada de animación hicieron que, en primer lugar, muchos ultras tuvieran que ser readmitidos en sus localidades, y después, que el club apostara por reubicarla. Aunque el sitio no es el deseado por muchos aficionados blancos, sí coincide con uno de los deseos del grupo ultra, ampliar la capacidad a otros grupos que animen al Real Madrid.
La nueva grada de animación, bautizada como ‘Fondo 93’, ubicada en el tercer y cuarto anfiteatro del fondo sur del Santiago Bernabéu, cuenta con la presencia de miembros del grupo radical, junto con otros jóvenes socios madridistas y miembros de las peñas ‘La Clásica’, ‘Primavera Blanca’, y ‘Veteranos RMCF’, aunque la grada la controlan desde el club. O eso sostiene la versión oficial.
Esta no es la única grada de animación que ha nacido bajo el auspicio del club. El Espanyol, con la llegada a su nuevo estadio, o el Valencia, hace dos temporadas, han hecho caso a las peticiones de sus aficionados y crearon gradas de animación que generen un buen ambiente en los partidos como locales. Aún así, los ultras siguen presentes en estas gradas.
Yomus, el principal grupo radical de la afición valencianista, es la cabeza visible de la grada joven de Mestalla. En el Athletic, ‘Herri Norte’ ya tiene su ubicación en el Nuevo San Mamés. Otros clubes, como Betis y Sevilla, han vuelto a encauzar sus relaciones con sus seguidores más bulliciosos. Y en cada campo de cada club modesto, los ‘ultras’ acuden sin problema a los campos. De hecho, aún colean los incidentes entre seguidores del Mérida, de extrema derecha, y del Langreo, de extrema izquierda, en la eliminatoria de ascenso a Segunda División B el pasado mes de junio.
El Barcelona, en guerra abierta
El único club que ha prohibido experesamente la entrada a los ultras ha sido el FC Barcelona. La guerra iniciada por el ex presidente Joan Laporta ha terminado con el grupo radical ‘Boixos Nois’ fuera del Camp Nou y sin grada de animación, como le recomendaron los ‘Mossos d’Esquadra’. Sin embargo, aunque el grupo ha desaparecido como tal dentro del estadio, sus miembros siguen acudiendo a los partidos y agrupándose en distintas zonas del estadio.
Los conflictos callejeros e internos de cada grupo son el principal temor de las respectivas directivas, que niegan relación con estos sectores, pero en realidad suelen mantener un contacto fluido y constante por el favor de sus seguidores ‘ultras’. A pesar de que los incidentes no suelen ser habituales, el trato de favor a los radicales sigue siendo un lunar negro en el fútbol español que no tiene visos de cambiar en el futuro.