Simeone, durante el partido de la Supercopa de España. / EFE

Ocho partidos de sanción para Simeone

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Tras el partido de vuelta de la Supercopa de España ante el Real Madrid, el técnico del Atlético, Diego Pablo Simeone, salía feliz por la victoria ante el eterno rival, pero llegaba a rueda de prensa con cierto pesar en su rostro. La expulsión a los 25 minutos de juego por fuertes protestas para que Juanfran Torres volviera al campo tras ser atendido en la banda y su particular ‘show’ con el asistente y con el público tenían la culpa de su estado de euforia contenido. Era campeón de la Supercopa pero el sentimiento de triunfo venía aderezado con cierto toque amargo. El Cholo se había equivocado y lo sabía. No conocía la sanción, pero tenía claro que la habría y que sería ejemplar. Pidió «disculpas» al árbitro en cuanto habló con los periodistas y alegó que fue «la ansiedad» la que motivó su expulsión, pero el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no se ha apiadado de su perdón y le ha impuesto una dura sanción, aunque especifica que es la mínima tipificada en cada apartado sancionador.

El Cholo estará, por tanto, ocho partidos sin sentarse en el banquillo del Atlético de Madrid como consecuencia de las cuatros infracciones, recogidas por el colegiado Fernández Borbalán y expresada en el auto pospartido, llevadas a cabo por el argentino. En primer lugar, la protesta por la entrada de Juanfran saliéndose del área técnica y haciendo caso omiso a las indicaciones del cuarto árbitro constituyen la primera de las sanciones: dos partidos. Junto a ella, según el escrito arbitral, los aplausos «en señal de disconformidad por la decisión tomada» por Borbalán y de aliento al público y su posterior permanencia «en la grada detrás del banquillo de su equipo» tras la expulsión suponen dos infracciones más castigas con un partido cada una. Y finalmente, el árbitro expone en su escrito la más grave de ellas, las dos collejas al cuarto árbitro a sabiendas de que no puede haber contacto físico con él o con el resto de asistentes durante el partido. Así pues, aunque este acercamiento no sea constitutivo de agresión en sentido estricto, como es el caso, se considera infracción grave al haber «golpeado con la mano abierta en la cabeza, en dos ocasiones» al cuarto árbitro. La sanción será, por tanto, de cuatro partidos, dos por cada una de las collejas, según ha emitido el comité.

Conforme a esta circunstancia de gravedad y agresión se configura la división de los ocho partidos entre la Liga y la Supercopa. Según el reglamento, cualquier agresión grave realizada fuera del contexto deportivo, en este caso así lo fue puesto que las palmadas al asistente se realizaron fuera de cualquier acción meramente futbolística, se cumplirá en la siguiente competición, la Liga en este caso, a la que se enfrente el equipo. Mientras, las sanciones leves, es decir, la expulsión, los aplausos, y su estancia en la grada, se harán efectivas en los cuatro próximos partidos de Supercopa, los juegue o no el Atlético. Por si fuera poco, a estos ocho se suman el encuentro de sanción por acumulación de cinco tarjetas amarillas de la pasada temporada y el de Liga de Campeones por su expulsión en la final de Lisboa, también frente al Real Madrid. Todo supone, por tanto, que Simeone no esté en el banquillo del Atlético hasta la sexta jornada de Liga frente al Sevilla en el Vicente Calderón ni hasta el segundo encuentro en Champions.

Duras sanciones para fuertes acciones

La situación del Cholo, que dejaría a su segundo, Germán ‘Mono’ Burgos, como encargado de dirigir al equipo durante estos diez encuentros, supone una sanción dura nunca antes vivida por el argentino como entrenador pero sí por determinados futbolistas, entre ellos el ‘Mono’ Burgos, que recibieron castigos superiores al del técnico atlético. El más fuerte de ellos fue el impuesto al jugador del Zaragoza Joaquín Cortizo, que fue sancionado en la Liga de 1964 con 24 partidos por una entrada que terminó con la tibia de Enrique Collar partida. Más recientes fueron los 12 partidos que tuvo que cumplir José María Ceballos, del Racing de Santander, por considerarse agresión al colegiado Prados García un contacto por el que el árbitro cayó al suelo. Tampoco se libraron de una dura sanción el exportero y actual segundo entrenador del Atlético, quien propinó, en su etapa en el Mallorca, un puñetazo al delantero del Espanyol Manolo Serrano (once partidos); el central del Madrid Pepe por su patada a Javier Casquero (diez partidos) o el uruguayo Luis Suárez con su mordisco a Giorgio Chiellini (nueve partidos). Pero lejos de saber si entra en la lista de las sanciones más duras de la historia, lo que realmente ronda en la mente de Simeone es que, tras haber sido expulsado en dos de los tres últimos encuentros frente al Real Madrid –final de la Champions y de la Supercopa de España-, no podrá estar en el banquillo durante el primer y esperado derbi de la temporada ante el eterno rival.