Imagen de una de las fotografías de Vanessa Winship

Firmes ante la adversidad

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«Soy una fotógrafa de la condición humana». Así se define Vanessa Winship (Barton-upon-Humber, Reino Unido, 1960), creadora reconocida en el siglo XXI que trabaja «sobre la realidad y la vida» en las claves de los grandes maestros de siglo XX. La británica reniega de etiquetas como documental o testimonial para unas fotografías que, en la estela de August Sander, Walker Evans, Cartier-Bresson o Koudelka, certifican como los seres humanos de distintos enclaves del globo mantienen la dignidad y la entereza frente a los estragos del tiempo y los avatares y heridas de la historia. Refleja cómo empuja la fuerza de la vida tras la caída del imperio soviético, el colapso del sueño americano, el éxodo o la devastación bélica.

Es la primera vez que las instantáneas de Winship se exhiben en España y lo hacen en las nuevas salas Bárbara de Braganza que la fundación Mapfre dedica a la fotografía. Situadas en el corazón del eje Prado-Recoletos, la milla de oro de los museos, frente a la Biblioteca Nacional y muy cerca de Cibeles, con casi 900 metros cuadrados en dos plantas, son el único 'santuario' de la fotografía contemporánea en la capital. «Madrid era una de las pocas grandes capitales del mundo sin una gran sala dedicada en exclusiva a la fotografía y acabamos con esa carencia desde 2009» se felicitó Pablo Jiménez, director del área de Cultura de la Fundación que ofrece cuatro muestras fotográficas al año.

En casi 200 imágenes, en blanco y negro y todas analógicas, Winship propone un recorrido por las series que configuran su obra, desde las primeras dedicadas a los Balcanes, el Cáucaso y el Mar Negro hasta su trabajo reciente en Almería, producido por la fundación e inédito. Su denominador común es la exploración de una aparente fragilidad del ser humano y su capacidad de mantenerse firme y digno frente a las peores circunstancias, de la pobreza a la guerra pasando la exclusión étnica o la explotación económica.

Una dignidad que la fotógrafa es capaz de captar «en clave más poética y narrativa que documental, tanto en los países que emergieron con la disolución del imperio soviético como tras el colapso del sueño americano» según destaca el comisario de la muestra, Carlos Martín. «Le interesa la atmósfera y el paisaje humano antes que el país; propone un viaje circular por el siglo para contar como el territorio y las personas quedan marcados por los sucesos ocurridos desde la segunda mitad del siglo XX» resume. Los protagonistas de sus obras «son siempre personas que se mantienen firmes en momentos oscuros e inestables» y "el tema central es la fragilidad del ser humano y su vulnerabilidad!».

Winship es una de las fotógrafas más reconocidas hoy en el panorama internacional. Desde los años 80 del siglo pasado, su trabajo refleja su voluntad por desplazar todo potencial contenido documental de su fotografía para centrarse en cuestiones relacionadas con la identidad, la vulnerabilidad, la memoria, la frontera, el cuerpo y el paisaje. «Tiene una capacidad especial para emocionar y sobrecogernos» sostiene el comisario, que se refiere a Winship como un a de la «más intensas fotógrafas actuales» y destaca su capacidad «de realizar un ejercicio de memoria para reflexiona sobre los trazos del mundo moderno en el mundo presente».

En 2011 Winship se convirtió en la primera mujer ganadora del prestigioso premio Henri Cartier-Bresson. Cuenta también con el primer premio de la categoría Stories de World Press Photo en sus ediciones de 1998 y 2008, con el premio Descubrimientos de PhotoEspaña de 2010 y con el Godfrey Argent Prize de 2008, otorgado por la National Portrait Gallery de Londres.

Periplos

En las tres últimas décadas ha recorrido territorios asociados a la inestabilidad y la oscuridad de un duro pasado reciente, de los países limítrofes del Mar Negro a la América profunda. Explora la volatilidad de las fronteras y las identidades e unas fotos que nunca titula ni data. La exposición arranca con 'Imagined States and Desires. A Balkan Journey, 1999-2003' su periplo por Albania, Serbia, Kosovo y Grecia fotografiando el éxodo de refugiados albanokosovares desde Serbia.

En 2002 inició un recorrido de ocho años por el Mar Negro, con estancias en Turquía, Georgia, Rusia, Ucrania, Rumanía y Bulgaria que conforman la serie 'Black Sea: Between Chronicle and Fiction'.

Con la serie 'Sweet Nothings: Schoolgirls of Eastern Anatolia' (2007) se consagró internacionalmente retratando a escolares de la zona rural del Este de Anatolia donde los uniforme escolares y militares aplastan la pluralidad de étnica que reflejan sus fotos.

'Georgia. Seeds Carried by the Wind' es la serie que dedica a retrato y 'She Dances on Jackson. United States (2011-2012)', su visión sobre el colapso del sueño americano, le procuró el Premio Henri Cartier-Bresson en 2011. 'Humber' (2010) dedicada al río que atraviesa su tierra natal y 'Almería. Where Gold Was Found' (2014) cierran la muestra y suponen su explroración del paisaje "en el que la figura humana e protagonista por su ausencia", según el comisario.