Un soldado monta guardia en Bangkok. / Diego Azubel (Efe)

El Ejército tailandés cerca a los críticos mientras crece el rechazo al golpe

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La junta militar que tomó el poder en Tailandia hace dos días ha disuelto el sábado el sábado el Senado y anunció que asumía el poder legislativo. "El Senado saliente ha sido destituido. El jefe (de la junta) aprobará ahora toda ley que quedara pendiente en el Parlamento o el Senado", reza el comunicado oficial leído en la televisión.

La junta militar ha continuado la persecución de políticos opositores e intelectuales críticos iniciada tras el golpe de Estado mientras proliferan las protestas ciudadanas a favor del restablecimiento de la democracia. El Ejército citó a comparecer en unas dependencias militares a 35 personas, incluidos profesores universitarios y activistas contrarios a la ley de lesa majestad, bajo amenaza de dos años de prisión en caso de no presentarse.

Entre los citados están los profesores Worachet Pakeerut y Sawatri Suksri, de la Universidad de Thammasat, ambos del colectivo "Nitirat", que aboga por una reforma de la controvertida ley que castiga con hasta 14 años de cárcel las injurias a la corona.

El requerimiento se añade al realizado ayer a 155 políticos y miembros del gobierno depuesto, entre ellos la ex primera ministra, Yingluck Shinawatra, y 22 miembros de su clan familiar y socios políticos, que fueron detenidos tras comparecer. Yingluck, forzada a dimitir del cargo hace dos semanas por una controvertida decisión judicial, fue trasladada anoche en furgoneta a una base militar fuera de la capital donde permanecerá "entre 3 y 5 días".

El viceportavoz del Ejército, Winthai Suvaree, dijo en rueda de prensa que la ex primera ministra y otros dirigentes políticos están alojados en lugares confortables pero evitó precisar dónde. Winthai aseguró que todos los detenidos están en buen estado y que serán puestos en libertad antes de siete días, plazo que coincide con el período máximo de detención sin cargos bajo la ley marcial, en función de su responsabilidad en la crisis política.

Pese a la amenaza de prisión, al menos dos ex ministros del Gobierno depuesto han hecho pública su negativa a comparecer ante los militares. El exministro de Educación, Chaturon Chaisaeng, reivindicó el derecho a mostrar su rechazo al golpe de Estado, negó haber cometido ningún delito e instó a los militares a ir a detenerle, en un mensaje en su cuenta de Facebook.

El extitular de Interior, Charupong Ruangsuwan, utilizó la misma red social para decir que no piensa acatar la orden de los golpistas y que está a salvo en un lugar del noreste del país, feudo del movimiento político liderado por el ex primer ministro Thaksin Shinawatra, depuesto en la anterior asonada, en 2006.

En esta región, el Ejército también arrestó a 23 activistas de los llamados "camisas rojas", seguidores de los Shinawatra, tras varias redadas en la localidad de Jon Kaen, durante las que see incautaron de algunas armas, según el diario The Nation. También siguen bajo custodia dos líderes del partido de los Shinawatra y los de los "camisas rojas", detenidos desde el jueves, cuando el general Prayuth Chan-ocha suspendió las negociaciones entre las facciones políticas y asumió todos los poderes.

Protestas en Bangkok

Mientras, en Bangkok varios centenares de personas se manifestaron en contra del golpe de Estado y desafiaron la prohibición de las concentraciones en la vía pública de más de cinco personas decretada por la junta. Por la mañana, un centenar de personas se concentraron delante de un centro comercial en el norte de la capital donde reclamaron la celebración de elecciones y mostraron pancartas con lemas como "llevad el golpe a los cuarteles, devolved el poder al pueblo".

Los manifestantes abuchearon y se encararon a varios soldados con equipamiento de antidisturbios que evitaron el uso de la fuerza pero lograron dispersar la protesta tras amenazar con practicar detenciones. Por la tarde, varios centenares de personas acudieron a otras dos concentraciones de repulsa en el centro de la capital, donde volvieron a encararse con los militares y gritaron consignas para pedir a Prayuth que se vaya y que se restituya la democracia.

Estas protestas, que comenzaron el jueves justo después del golpe, congregaron ayer a varias decenas de personas en el centro de Bangkok, donde cinco manifestantes fueron detenidos tras encararse a los soldados.

Críticas internacionales

Human Rights Watch (HRW) y Amnistía internacional (AI) han arremetido contra las detenciones y el recorte de libertades impuesto por los golpistas. El director en Asia de HRW, Brad Adams, ha denunciado que el régimen militar ha puesto la situación de los derechos humanos en Tailandia "en caída libre" y pidió que cesen de inmediato las detenciones y la censura.

El director de AI en Asia-Pacífico, Richard Bennett, dijo que "el mantenimiento del orden público no puede ser excusa para violar los derechos humanos" y calificó de "precedente peligroso" el arresto de manifestantes pacíficos.

El Consejo Nacional para la Paz y el Orden, nombre oficial de la junta militar, ha derogado la Constitución y creado un nuevo Gobierno, formado por generales, que pretende realizar reformas políticas y económicas sin que de momento haya puesto un plazo para devolver el poder a un Gobierno civil.