El Gobierno no espera que la tasa de paro baje del 20% hasta 2017
Actualizado: GuardarLa recuperación económica quedará claramente a medias cuando el Gobierno deba someter su gestión al refrendo de los ciudadanos, en las elecciones generales previstas para el otoño de 2015. El nuevo cuadro de previsiones que ha presentado este viernes, tras su aprobación por el Consejo de Ministros para su remisión posterior a la Comisión Europea, refleja la creación de 600.000 puestos de trabajo entre el presente ejercicio y el próximo. El problema es que, según la última Encuesta de Población Activa publicada este martes, entre el 1 de enero de 2012 y el 31 de marzo de 2014 se destruyeron 1,2 millones de empleos, es decir, el doble de los que ahora se crearían.
Pese a ello, el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha preferido ver el vaso medio lleno antes que medio vacío -para él, 2014 “marcará un antes y un después” en la evolución reciente de la economía española-, al destacar que la legislatura terminará con “algo más de 100.000 parados menos” que cuando Mariano Rajoy llegó a La Moncloa. Para ello contará con una reducción muy significativa de la población activa por el desánimo de buena parte de la población en paro (tanto los más mayores como los jóvenes, que optan por emigrar) y el aumento de los trabajos a tiempo parcial que permitirá reducir el paro entre 2014 y 2015 en 800.000 personas, lo que supone 200.000 más que los puestos que se crearán.
La tasa de desempleo, en consecuencia, descenderá al 24,9% al cierre de este año y bajará hasta el 23,3% cuando concluya el próximo. Y la tendencia seguirá, descendiendo al 21,7 a finales de 2016 y al 19,8% en 2017. La creación de puestos de trabajo, no obstante, será modesta aunque, por fin, positiva. Tras la caída del 3,4% sufrida en 2013, el presente ejercicio registrada un avance, aunque mínimo, del 0,6% -primera vez en la crisis que se crearán empleo neto-, para subir al 1,2% en 2015, el 1,5% en 2016 e incluso el 2,3% en 2017.
Mirando más a otras variables, como el propio crecimiento económico, la evolución del ‘enfermo’ español, no obstante, parece positiva, aunque se antoje lenta y se esté aún lejos de poder darle el alta. El Gobierno prevé para este año un aumento del 1,2% en el Producto Interior Bruto (PIB) -el último dato publicado este viernes por el INE da aires a esa mejora, al confirmar que la economía creció un 0,4% en el primer trimestre respecto al cierre de 2013, su mejor comportamiento desde el inicio de la crisis-, que ascenderá al 1,8% en 2015, lo que supone una media del 1,5% entre ambos ejercicio, ha enfatizado De Guindos. Para 2016, su avance anual llegaría al 2,3%, alcanzando la frontera del 3% ya en 2017.
En consonancia con todo ello, tanto la inversión (medida como formación bruta de capital fijo) como la demanda nacional (en su contribución al crecimiento) retornarán a tasas positivas. La primera, por ejemplo, pasará de caer un 5,1% en 2013 a crecer un modesto 0,5% este año, llegando al 3% en 2015, el 4,6% en 2016 y el 6,7% en 2017. La segunda, a su vez, dejará atrás su descenso del 2,7% el año pasado para aumentar un 0,7% en 2014, un 1,2% en 2015, un 1,9% en 2016 y un 2,6% en 2017. Eso sí, mientras el consumo privado irá ‘in crescendo’ hasta alcanzar un aumento del 2,8% dentro de cuatro años -ya en 2014 subirá un 1,4%-, el de las administraciones públicas continuará en tasas negativas de entre uno y dos puntos.
Menos aire exterior
El pero es que la contribución positiva que el sector exterior venía haciendo a la economía se moderará de forma sensible, pasando de un 1,5% en 2013 al 0,6% en 2014, el 0,5% en 2015, el 0,4% en 2016 y apenas el 0,3% en 2017. Es el peaje que se pagará, por contradictorio que parezca, por la propia recuperación económica, al crecer de forma exponencial las importaciones -es decir, las compras de bienes y servicios a otros países-, dejando atrás el modesto avance del 0,4% en 2013 para subir ya un 3,6 este año, un 5% el próximo, un 5,8% el siguiente y, finalmente, un 6,3% en 2017.
Todo ello, según el cuadro macroeconómico presentado este viernes por el Ejecutivo, irá acompasado con una inflación media que, aunque en tasas positivas, no superará el 1% hasta 2016. En cualquier caso, y ante las dudas generadas por anteriores previsiones gubernamentales, el ministro de Economía ha querido dejar claro que las suyas son estimaciones “conservadoras” basadas en hipótesis “muy prudentes”. “Estamos muy cerca del consenso del mercado (los analistas) en nuestros cálculos”, ha explicado, aunque “nuestra estrategia -ha reconocido- es ir por detrás…, que la realidad supere al final nuestras previsiones”.