Menos atrevido, imposible
Actualizado: GuardarDesde que comenzara el año, el Ibex-35 se mantiene enrocado en unos márgenes de los que, rara vez, consigue despegarse, entre los 9.900 y los 10.500 puntos. Y no es que, en esta última sesión, no le faltaran razones para moverse en positivo (las nuevas previsiones macroeconómicas de España animaban a ello, además de algunos resultados empresariales) o en negativo (el PIB norteamericano pinchaba de forma inesperada y parte de la banca decepcionaba por sus primeras cuentas del año). Pero ninguno de estos u otros factores llegó a condicionar el comportamiento de los inversores, que ya afrontan este jueves festivo y un viernes con un menor volumen del habitual. El selectivo acabó prácticamente en plano, con una mínima caída del 0,02%, en los 10.459 puntos. Cerró un mes de abril que también ha resultado ser casi anodino en su liquidación final, con un avance del 1,15%. Y desde principios de año acumula, en este primer cuatrimestre del ejercicio, una revalorización que se sitúa en el entorno del 5,4%.
También fue una jornada sin definición alguna en el resto de mercados bursátiles europeos, donde la heterogeneidad fue la tónica dominante: mientras que el DAX alemán repuntaba un 0,20%, el CAC francés perdía un 0,23%, el Eurostoxx-50 también caía un 0,37% y el FTSE londinense sumaba un mínimo 0,15%. Los inversores querían estar pendientes del dictamen de la Reserva Federal norteamericana, después de comprobar cómo el consumo y la inversión han caído más de lo esperado en la primera economía mundial, con un dato de crecimiento que dista de cualquier previsión de la institución monetaria.
En el mercado secundario de deuda, la prima de riesgo se redujo de forma considerable hasta los 154,90 puntos básicos, en parte, gracias al menor interés que se exigían los inversores por el bono a 10 años que, aunque bajaba hasta el 3,020%, aún se mantiene por encima de la referencia del 3%. También ayudaba el rendimiento del “bund” alemán, que caía un 2% hasta el 1,47%.
Después de las alzas sucesivas experimentadas por el precio del petróleo, como consecuencia de la crisis entre Rusia y Ucrania, el barril de Brent cayó hasta los 107,80 dólares y el euro repuntaba hasta los 1,386 dólares.
Aunque la liquidación media del Ibex-35 fue casi plana, las variaciones de sus componentes dejaron importantes consecuencias para determinados valores. Por ejemplo, la banca actuaba como retención ante cualquier atisbo de compras, en una sesión marcada por la reestructuración de carteras y los resultados empresariales. Las acciones del Popular se dejaban un 3,81%, después de anunciar que el beneficio de la entidad se había reducido un 39,50%, hasta los 63 millones de euros, entre enero y marzo de este año. Por su parte, BBVA caía un 1,13%, después de que los beneficios del banco hayan caído un 64% en el primer trimestre (sin tener en cuenta los extraordinarios de 2013, habrían aumentado un 18%), hasta los 624 millones de euros. También restaron posiciones los títulos de Bankinter (-1,36%) y Sabadell (-0,24%), aunque consiguieron salvar la sesión las acciones de Santander (0,18%) y Bankia (0,62%).
En los “blue chips”, Repsol (0,91%) e Iberdrola (0,70%) acabaron en positivo, frente a las minusvalías registradas por Telefónica (-0,41%).
Bolsas y Mercados (4,95%) lideraba la sesión, gracias a unos buenos resultados trimestrales que registraron un aumento de los beneficios en un 27%, seguida por Jazztel (4,29%) y Ebro Foods (2,28%).
En el Mercado Continuo, los principales ascensos llegaron de la mano de Reno (7,88%), Inypsa (5,70%) y Vocento (3,56%), frente a las minusvalías de CAF (-5,74%), Urbas (-3,03%) y Ezentis
(-2,89%).
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