Una mujer recoge su bicicleta en un atestado aparcamiento público de Ghent (Holanda). / Reuters

La bicicleta «no es una cosa de hippies»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Montar en bicicleta ha vuelto a ser un medio de transporte del día a día, después de haber sido durante al menos tres décadas una máquina para hacer deporte o disfrutar del ocio. El periodista y escrito Pedro Bravo, aficionado a las dos ruedas, publica ‘Biciosos. ¿Por qué vamos en bici? y otras preguntas otras preguntas cuando vas a pedales’ (Debate), libro en el que hace un análisis del nuevo ‘boom’ de este popular medio de transporte, ahora en objeto del deseo de políticos y administraciones que tratan, de una u otra manera, de regular su uso.

“Este libro trata de por qué vamos en bici todos los que lo hacemos, que somos muchos. Y también de por qué debería ir aún más gente”, explica Bravo, que asegura que al desplazarse en un sillí “pasan bastantes cosas agradables”. Por ello trata de desmontar tópicos como que “este país no está hecho para ir en bici”.

De aquellas bicicletas de frenos de barra, que montaban un piñón fijo, se ha pasado a las versátiles de montaña con 27 velocidades, las útiles plegables que puedes llevar en el metro y las sempiternas urbanas siempre cómodas, limpias y ágiles. “Las sociedades occidentales están en un proceso de cambio con consecuencias de todo tipo”, afirma el autor y “el uso de la bicicleta como medio de transporte habitual en urbes de todas partes es uno de los principales síntomas de ese cambio, y quizás el más positivo de todos. Y el más singular”.

Y es que Bravo asegura que desplazarse en bici “ya no es cosa de hippies, ni de ecologistas, ni de activistas. Ir en bici ahora mismo empieza a ser tan habitual como ir andando o ir en autobús” y, en todo caso, “bastante más lógico que ir en coche”.

Esto ha supuesto que en un mundo que “cada día vive una revolución tecnológica nueva y que demuestra tener un apetito voraz por inventar y dejar el pasado bien pasado” el regreso de la bicicleta como vehículo de moda, pese a que “ha evolucionado poquito”, hace que tenga “pinta de quedarse un buen rato entre nosotros”.

Lo que le sorprende al escritor como ciclista es que “no es habitual que volvamos a una idea que ya tuvimos y la reconozcamos como buena. Pero es lo que está pasando con la bicicleta”.

La obra parte de definir que es una bicicleta, identificando a sus poco conocidos inventores, explicar cómo evolucionan en unas ciudades hechas para los coches, su ejemplo como futuro de movilidad, sus variables eléctricas y de alquiler o los enfrentamientos con los automovilistas. Aquí entra también los peligros de desplazarse pedaleando, la obligatoriedad del uso del casco –del que dice que nunca se lo pone- o las políticas a favor de las bicis.