El Real Madrid, sin cintura
Con discutidas decisiones de Ancelotti, el equipo se resiente en la medular y se reabre el debate de la portería sin ‘santo’
MADRID Actualizado: GuardarDe ser el gran favorito a ganar la Liga antes de caer en el clásico, a convertirse en cuatro días en el tercer aspirante con menos posibilidades de adjudicarse el título. De depender de sí mismo y soñar con el ‘triplete’, a quedar a expensas del Atlético y del Barça, con los que tiene el ‘goal average’ perdido, por lo que el Real Madrid está ahora a cuatro puntos reales de los rojiblancos y a tres de los azulgrana con 24 en juego. Después de 31 partidos sin conocer la derrota, las dos consecutivas ante el Barcelona y el Sevilla han reabierto el debate de la portería y han llevado al madridismo a buscar culpables: Diego López, Carlo Ancelotti, Xabi Alonso, Gareth Bale...
Ahora se exige con más fuerza que nunca la titularidad de ‘san Casillas’, se ataca al técnico por su falta de reacción con los cambios y su desprecio a Morata, se critica al referente en el centro del campo por su pobre estado de forma, y se carga contra el galés por estar atándose las botas cuando el Sevilla inició la jugada del 2-1. También Cristiano Ronaldo se enfadó con Bale porque el galés le arrebató un lanzamiento de falta al final, cuando el Madrid jugaba ya a la desesperada, sin cabeza, para intentar evitar un segundo mazazo en sólo 96 horas. Tampoco se libran los laterales (Carvajal y Marcelo) ni el tridente ofensivo que no se sacrifica en el trabajo defensivo.
El Real Madrid que tanto prometía y que desaprovechó el pasado domingo la oportunidad de aventajar en siete puntos al Barça, se ha quedado sin candado en la portería y sin cintura, en el campo y en el banquillo, en el momento decisivo de la temporada. En el terreno de juego, por los síntomas de cansancio del veterano Xabi Alonso y la debilidad de Modric en los partidos de máxima exigencia, en los que se requiere físico. En la banda, por la incapacidad de Ancelotti para intentar soluciones tácticas y aguantar el resultado cuando el Madrid se puso por delante en el marcador ante azulgrana e hispalenses.
El técnico italiano encontró el equilibrio con la recuperación de Xabi Alonso, que desde que regresó participó en una marca de imbatibilidad del Madrid que estuvo cerca de un récord de hace 25 años, cuando el equipo de Leo Beenhakker acumuló 34 partidos sin perder. En dos jornadas, tanto con el equipo de gala (ante el Barcelona) como con variaciones obligadas (frente al Sevilla) por las sanciones de Sergio Ramos y Di María, el equipo ha vuelto a partirse en dos y a mostrar sus debilidades defensivas. Con seis goles encajados por Diego López, que no sólo no intimida ni impone a los rivales como Casillas, sino que de él no se esperan milagros. También él ha sufrido un bajón importante, con graves errores, y la afición clama de nuevo por Casillas. Sin embargo, ahora que Diego López es señalado, pese a que ha vuelto a ponerse en marcha la maquinaria a favor de Casillas, sería el momento más inoportuno para sentar en el banquillo de la Liga al guardameta gallego.
Ancelotti pide «carácter»
Hasta la pasada temporada, el Real Madrid sobrevivía por las paradas de Casillas y los goles de Cristiano. En la presente, cuando no ha ganado a ninguno de los de la cabeza (Athletic y Sevilla incluídos) y, de momento, se ha enfrentado a rivales muy inferiores en Europa, lo había conseguido por la pegada de la ‘BBC’ y por la mayor solidez en la medular y el eje de la zaga con el irrenunciable 4-3-3, que ya no concedía tantas ocasiones de gol a los contrarios. Sin embargo, excusas arbitrales aparte, en cuanto se ha visto superado en el centro del campo por el Barcelona y sobrepasado en las contras por el Sevilla y ha perdido eficacia en ataque, los blancos han quedado retratados. El técnico italiano solicita «carácter» a los suyos, pero no se trata de un problema de actitud, sino de planificación, de poderío físico y, también, de una menor profundidad de banquillo tras las graves lesiones de Jesé y Arbeloa.
Faltó Sergio Ramos en el Sánchez Pizjuán y la defensa, sin contundencia en el eje y ofensiva en los laterales, al contrario que en la primera parte en el Calderón con el error reconocido por Ancelotti al alinear a Arbeloa y Coentrao, volvió a flaquear. En el medio campo, sin Di María, reconvertido por el entrenador a interior izquierdo porque Bale tiene que un puesto garantizado aunque no se asocie y apenas entre en juego, Ancelotti modificó las posiciones y desplazó a Modric a esa banda para colocar a Illarramendi en la derecha, pero esa línea de tres creó poco y contuvo aún menos.