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Messi e Iniesta enamoran al fin juntos

El Barça recupera la autoestima tras el 3-4 en el Bernabéu en el primer momento del curso en el que sus dos estrellas coinciden en plenitud física y anímica

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Leo Messi y Andrés Iniesta, dos jugadores que apenas han podido coincidir en plenitud física y anímica esta temporada hasta hace dos semanas escasas, lideraron el domingo en el Santiago Bernabéu el triunfo del Barça. El argentino y el manchego pusieron su imaginación al servicio del equipo, mostraron la ambición que ha hecho campeones a ambos y llevaron al equipo azulgrana al 3-4 final en un clásico en el que sólo les valía la victoria. El día que se haga balance de la primera campaña, y quién sabe si la última, del Tata Martino, con más títulos o sólo con la Supercopa de España ya ganada en agosto, para ser justos habrá que recordar que hasta marzo no pudo beneficiarse de la conexión entre dos de los mejores jugadores del mundo.

El de Fuentealbilla arrancó el curso lejos de su mejor forma, por debajo de su ritmo competitivo habitual, y cuando parecía que ya cogía la velocidad de crucero, se lesionó en el Vicente Calderón a inicios de enero. Recuperado físicamente, hace tres semanas recibió el golpe de que el hijo que esperaba no vería la luz pese al avanzado estado de gestación de su mujer, Anna, tras un complicado embarazo. «Desde inicio de 2014, Andrés es nuestro mejor jugador pero un par de contratiempos, una lesión y uno personal, le han interrumpido», reconoció Martino hace unos días con una frase que implica que hasta enero de 2014 a Iniesta le faltó chispa. Desde el Barça-Manchester City, el centrocampista internacional es el jugador desequilibrante, intenso y mágico de siempre con un añadido que si se confirma le permitirá luchar por los premios individuales: ha marcado en dos jornadas seguidas con dos zurdazos, su pierna menos buena, espectaculares ante Osasuna y Real Madrid.

No es casualidad que también ese partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones en el Camp Nou fuese el punto de partida real de Messi en este curso. El de Rosario nunca ha dejado de marcar goles porque su talento le permite ser importante incluso en la precariedad física, pero se le ha visto sufrir desde agosto, con miedo a romperse tras esa encadenación de lesiones musculares que comenzó en abril de la pasada temporada en París. Y como suele suceder cuando se juega con tanto temor, acabó pasando por la enfermería dos veces, la segunda durante dos largos meses. En enero, a su regreso, ha compaginado los partidos con una especie de 'pretemporada' sobre la marcha para compensar la que nunca hizo. Y eso supuso que se le viera casi andando en muchos partidos, midiendo demasiado sus esfuerzos y aceleraciones, esperando esas sensaciones que le daban la espalda. Y aquel día ante el City ya se vio al '10' de casi siempre, con un gol decisivo y varias acciones prodigiosas.

De vuelta

Dos tripletes posteriores ante Osasuna y Madrid confirman que ya está de vuelta, motivado por lo colectivo y por lo individual, como esos récords que destroza cada vez que huele uno. El domingo superó a Di Stéfano (18) como máximo goleador (21) en los clásicos, dejó atrás a Hugo Sánchez (234) en el ránking histórico de goleadores de la Liga y con 236 ya busca el récord absoluto de Zarra (251). Le quedan nueve jornadas para igualarlo o superarlo. Cómo se lo proponga. Y pese a estar dos meses de baja, ya compite por el Pichichi con 21 goles al tener ya en el horizonte a Cristiano Ronaldo (26) y Diego Costa (23). Ante Osasuna también se convirtió en el máximo goleador de la historia azulgrana. Ya lo era oficialmente por delante del mítico leonés César y, contando los amistosos, ante Osasuna adelantó a una leyenda de hace casi 100 años como Paulino Alcántara (369). Leo lleva ahora 374 goles en el Barça.

En el Bernabéu, Messi e Iniesta conectaron directamente en el 0-1 (pase de Leo a Andrés) y en el 3-4 (penalti a Andrés transformado por Leo) en una simbología capicúa del partidazo que los dos hicieron y que sirvió al Barça para recuperar la autoestima justo a tiempo. A un punto (69) de Atlético y Madrid (70), la Liga vuelve a estar al alcance de un equipo que ya está en la final de Copa (el 16 de abril arderá Mestalla ante el equipo blanco) y en cuartos de final de la Liga de Campeones, donde el conjunto colchonero le espera dispuesto a morderle. La exigencia es enorme, pero en el Bernabéu volvió a quedar demostrado que el equipo del Tata Martino compite mejor este año en las grandes citas. Y por lo tanto, ya está avisado: este miércoles llega el Celta del ex azulgrana Luis Enrique, un posible sustituto del Tata, al Camp Nou. Si el equipo se relaja, peligro. Ha llegado el momento de ser fiable cada día. Y con Messi e Iniesta en forma al mismo tiempo, eso es más factible.