LIBROS

Recuperar la mirada interior

Antonio Mercero presenta ‘La vida desatenta’, que disecciona la corrupción moral de la sociedad desde los ojos de una familia de abogados y se presenta como acicate ante la ‘ceguera emocional’ de nuestro tiempo

MADRID Actualizado: Guardar
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Desde bien joven asumió el peso de su apellido y, sin eludir el espaldarazo que éste constituyó cuando daba sus primeros pasos en la profesión, ha sabido construir una trayectoria sólida y reconocida entre su gremio. Antonio Mercero, hijo menor del emblemático director, presenta ‘La vida desatenta’ (Debolsillo, 2014), segunda aventura literaria donde, si bien retoma el ámbito familiar, lo hace en esta ocasión despojado de matices personales y más próximo a la cruda realidad en la que vivimos inmersos.

El apellido Mercero constituye una pieza esencial en la historia reciente de la ficción española. Bajo su rúbrica se sitúan iconos indelebles de la pequeña pantalla como ‘Crónicas de un pueblo’, ‘Verano azul’, ‘Farmacia de guardia’ y, sobre todo, la negrísima ‘La cabina’, que traspasó fronteras y aún permanece como un hito del género.

No fue pues sencillo para él recoger un testigo de semejante calado, pero pronto comprendió que había heredado de su padre esa facilidad para hilvanar historias que deslumbran desde su aparente cotidianeidad. Y aunque su primer flechazo lo sintió bajo la cruda realidad junto a maestros como el desaparecido Manu Leguineche, pronto cayó “enamorado de la ficción” y volcado en el oficio que respiró desde pequeño: el guión. Su participación, con apenas treinta años, en la gestación de ‘Hospital Central’ le permite escribir, como hiciera su mentor tantas veces, una página destacada en la historia de la televisión española.

Deficiencias afectivas

Pero como él mismo reconoce, un creador de mundos no tarda en anhelar la “plena libertad” que la “servidumbre” de la televisión termina por cercar. La gratificante experiencia de su debut literario -‘La cuarta muerte’ (Espasa, 2012)-, en la que por vez primera “jugó a ser el dios de su propio universo”, le ha llevado a repetir con ‘La vida desatenta’. No descuida eso sí, su vocación primordial, plasmada en una de las cintas más celebradas del pasado año, ’15 años y un día’, cuyo libreto firma junto a Gracia Querejeta.

En su nueva travesía novelesca , Mercero nos presenta, de nuevo, a un clan marcado por el rigor de la omnipresente figura paterna. Aprovecha su paso fugaz por la crónica de tribunales para situar la trama en un bufete en horas bajas que sobrevive con casos en apariencia, menores. Un ámbito que, reconoce, le permitió instalarse “en una posición privilegiada” para diseccionar la “corrupción moral de la sociedad”. Decadente y viciado, el oscuro relato que dibujan los clientes del despacho termina trasladándose a la otrora respetada saga de los Vildsvin.

Consciente de que ‘La vida desatenta’ traza un “retrato muy negativo de la sociedad española”, Mercero pretende así reivindicar la recuperación de las emociones más puras. “Atrapados en un maremágnum social y económico, hemos desarrollado grandes deficiencias afectivas”, afirma. Un escenario que considera “trágico”, ya que más pronto que tarde nos hará percatarnos de que “se nos ha escapado el tiempo” y apenas reconocemos a quien tenemos delante. Una visita incómoda a los rincones más oscuros de la existencia para poder volver a vivir “atentos” a lo que desfila ante nuestros ojos.