Exhibición del Barça antes del clásico
Los azulgrana recuperaron sus mejores sensaciones al arrollar a un blando Osasuna
Actualizado: GuardarTras superar el escollo del City, el Barça recuperó sus mejores sensaciones antes del clásico al arrollar a Osasuna con un festival de goles, combinaciones de alta escuela y un triplete de Messi que aumentó su leyenda al convertirse en el máximo artillero en la historia del club azulgrana con 371 dianas. El astro argentino ya suma dos más que Paulino Alcántara, el médico y futbolista hispano-filipino que militó en el Barça entre 1912 y 1927, un año antes del inicio oficial del campeonato de Liga. Son estadísticas irrefutables, pero nada tienen que ver los tiempos del 'Romperedes' con la era de alta definición de la 'Pulga'. El 7-0 iguala las mayores goleadas de la Liga, selladas por el Barça ante el Levante en la primera jornada y el Atlético ante el Getafe.
Los culés y su entorno son poco amigos de la virtud del término medio pero no les convendría extraer conclusiones exageradas de este choque pensando en el Madrid. La exhibición fue extraordinaria, con un par de goles incluso fruto de tiros fuera del área, suerte en la que no se suelen prodigar los catalanes, pero no hubo rival. Si a esta generación de futbolistas no se les presiona, ni se les hacen faltas tácticas, y se les permite jugar a su antojo, el resultado salta a la vista.
A pesar de la sensación de plenitud final, el arranque del Barcelona sembró de inquietud a los aficionados culés. La suplencia de Neymar constató que el astro brasileño no está bien ni física ni mentalmente. Como dijo su técnico, le afectan su período de baja por lesión y, sobre todo, el embrollo judicial relacionado son con su polémico fichaje. Con respecto al último equipo de 'Champions', también faltaban Piqué, tocado en un tobillo y a una tarjeta de la suspensión, y Cesc. Bartra disfrutaba de un encuentro cómodo en el eje de la defensa y Alexis y Pedro entraron en acción para dar más amplitud, profundidad y rapidez a los culés.
Más que los cambios, aplaudidos sobre todo tras comprobarse el resultado, generaban dudas el ritmo cansino del comienzo y los desajustes defensivos que permitieron soñar a los navarros durante unos minutos de espejismo. Un pase atrás de Oriol Riera pudo convertirse en una asistencia letal y el canterano del Barça sufrió la justa anulación de un gol por fuera de juego porque estaba adelantado cuando Valdés rechazó un disparo lejano. Con balones largos y algún saque de esquina, Osasuna provocaba incertidumbre.
A partir del cuarto de hora, empero, el Barça se ajustó, dio mucha mayor rapidez a su circulación de balón, alternó el juego por ambos costados y fue una apisonadora para un rival blandito, nada que ver con ese equipo rocoso que en El Sadar se hizo fuerte ante los tres grandes de la Liga. Cuando Busquets, Messi e Iniesta se engrasan, los azulgrana son muy competitivos. Una brillante asociación entre Pedro, Xavi, Alexis y Messi terminó con un toquecito maestro del argentino.
El primer gol cambió por completo el partido, transformado en un plácido y festivo paseo para el Barça. Sus jugadores se gustaron en combinaciones brillantes, casi todas a uno o dos toques. No era ese equipo que mareaba la perdiz en las inmediaciones del área sino un bloque con instinto letal porque trataba de terminar las jugadas. El segundo tanto llegó sólo cuatro minutos después. Lo firmó Alexis, que eleva sus extraordinarios registros de este curso a 17 dianas en Liga, 15 de ellas en feudo azulgrana, pero en la bellísima jugada intervinieron antes Messi, Busquets, Iniesta y Jordi Alba.
Del murmullo a la emoción
Los silencios y murmullos ya eran aplausos unánimes en el coliseo blaugrana antes de que Iniesta marcase el gol de la tarde, su segundo en un curso hasta ahora gris del manchego, aunque los duelos decisivos aún están por llegar. Los de Javi Gracia le dejaron espacio para controlar, avanzar, armar la pierna y lanzar un disparo enorme y lejano disparo que entró cerca de la escuadra. Una diana con enorme carga simbólica. Andrés emocionó a la concurrencia con su dedicatoria al niño que acaba de perder junto a su mujer Anna Ortiz.
El Barça pensó descaradamente en el clásico tras el descanso, pero no por ello dejó de percutir. El técnico quitó pronto a Xavi, quien cedió el brazalete de capitán a Víctor Valdés. No está en su mejor momento porque la edad no perdona, pero el cerebro de Tarrasa sigue siendo básico para el buen engranaje del la máquina azulgrana porque marca los tiempos del motor. Más fruto de la inercia y la calidad que de la intensidad, fueron cayendo más goles en el saco de Osasuna. En el cuarto, un brochetazo de Messi completó un dibujo mágico entre Leo e Iniesta en espacio muy reducido. Descanso después para Alexis y oportunidad para Tello, que enseguida rubricó el quinto. Encaró, recortó hacia fuera y la clavó desde fuera del área. Quedaban el tercero de Messi, tras asistencia generosa de Alves, la guinda de Pedro y, antes, el cariñoso aplauso del Camp Nou a Oriol Riera y el debú en Primera del hispano-paraguayo Acuña, un estreno que se hizo esperar porque este delantero propiedad del Udinese ya había actuado en el Cádiz, Salamanca, Real Madrid B, Recreativo y Girona.