«Cuando hay autenticidad, la comedia viene sola»
Los actores Clara Lago y Daniel Rovira protagonizan la comedia '8 apellidos vascos', donde dan vida a una inusual historia de amor norte-sur
MADRID Actualizado: GuardarEs la comedia más esperada de la temporada y las risas que arrancó en el Festival de Málaga tras el primer visionado traen sobre todo buenos augurios para ‘8 apellidos vascos’, que se estrenó en los cines este viernes. La cinta, dirigida por Emilio Martínez-Lázaro, autor entre otras de ‘El otro lado de la cama’, cuenta para el guion con la mano experta de Borja Cobeaga y Diego San José (‘Pagafantas’, ‘No controles’) para dar vida a la historia de Rafa, un joven andaluz que se atreve a salir por primera vez de su Sevilla natal para conquistar en una remota localidad vasca a Amaia, una chica que ha trastocado su vida. La apuesta se completa con actores como Carmen Machi, Karra Elejalde y los jóvenes actores Clara Lago y Dani Rovira, que dan vida a esta extraña pareja norte-sur que denota en cierto punto influencia de cintas como la francesa 'Bienvenidos al Norte', de Danny Boon o el remake italiano ‘Bienvenidos al Sur’, de Luca Miniero.
En la cinta, Clara Lago se encarga de dar vida a Amaia, una chica vasca que se encuentra de despedida de soltera en Sevilla justo cuando su prometido la acaba de dejar. Allí conocerá a Rafa, interpretado por el cómico Dani Rovira, un sevillano arquetípico que se enamorará irremediablemente de Amaya y no dudará en dejar el nido para ir a buscarla. A partir de ese punto se desarrolla una comedia de enredo que busca, ante todo, hacer disfrutar al espectador. “Es una comedia que usa como base el tópico, pero los personajes están representados de una manera tan extremo que se convierte en una caricatura”, explica Rovira. “Emilio –el director- siempre dice que es una sátira y que el público tiene que tomárselo como tal, de hecho, aunque los personajes y las situaciones son muy extremos para dar juego a la comedia, sobre todo hay mucha humanidad en todos los personajes”, describe el artista gaditano, que parafrasea a Karra Elejalde para señalar que “no por ser comedia la película tiene que tener falta de rigor; con autenticidad la comedia viene sola”, según explica. “Sobre todo está siempre tratado desde la verdad, porque si sólo usas el código de la sátira, al final te aburres porque no es creíble”, matiza Clara Lago.
La actriz madrileña se estrena con esta cinta en el género de la comedia, un reto al que se ha enfrentado con respeto por considerarlo un género más complicado aún que el drama. “Creo que la línea es tan fina que puedes pasarla muy fácilmente y si no está exactamente medido no funciona, como esas recetas en las que si los ingredientes no están en su justa medida no salen bien”. Para inspirarse fijó la atención en los “tres monstruos de la comedia” que la acompañaban en el reto, en referencia a Elejalde, Machi y el propio Rovira, que si bien se estrena en esta cinta en el género cinematográfico, sus tablas en la comedia le sirvieron de base para afrontar el desafío. “Como experiencia, ha sido un curso gratuito de actuación ante la cámara en toda regla. A nivel de comedia, el guion era tan bueno que si te limitabas a seguirlo y ayudado por el director tenía que salir sí o sí”, explica el cómico, cuya faceta como monologuista le ha permitido cosechar una pequeña legión de seguidores incondicionales. “Con esta película me he dejado llevar sin plantearme muchas cosas, he cruzado sin mirar y me podía hacer pillado un camión, perono ha sido así”.
Tienen claro ambos que la susceptibilidad ante la forma de reflejar a los personajes no tiene cabida en una película que, sobre todo, ha tratado de ser “respetuosa” a la hora de abordar los tópicos. “En el País Vasco, por ejemplo, el éxito del programa ‘Vaya Semanita’ ya demuestra que son capaces de reírse de sus propios tópicos y eso que es un programa bastante más heavy que el tipo que humor de la película”, explica Lago. “Creo que si eso ha funcionado no tienen por qué sentirse ofendidos, además de que está hecho desde un lugar completamente blanco, no pretende ser hiriente ni está hecho para criticar, simplemente para reírnos de nosotros mismos que creo que es algo que todo el mundo tiene que aprender a hacer”.
Una premisa que tuvo clara desde el principio el director de la película, quien la primera semana de rodaje, durante una cena con el equipo, soltó una frase que se convirtió el ‘leit motiv’ de la película: “Aquí no hemos venido a sufrir”, una sentencia que, según Rovira, resume sobre todo una manera de vivir. “Emilio la lleva por bandera y eso te transmite una paz y una tranquilidad maravillosa”.