La ONU exige a Marruecos la inmediata liberación de un melillense
Considera que Ali Aarrass fue condenado por terrorismo sin pruebas y con una declaración arrancada bajo tortura
MELILLA Actualizado: GuardarLa Asamblea General de las Naciones Unidas ha exigido a Marruecos, a través de una resolución del Consejo de Derechos Humanos, la inmediata puesta en libertad del melillense, de nacionalidad belga, Ali Aarrass. La resolución insta al gobierno alauí, como estado firmante del pacto internacional relativo a los derechos civiles y políticos, a que saque de la cárcel a Aarrass y a que le indemnice económicamente por los daños ocasionados durante la detención, el arresto y la condena a las que tacha de «injustas e ilegales».
La ONU reconoce que el joven belga, nacido y criado en Melilla, ha recibido durante estos últimos tres años un trato vejatorio y degradante en la Prisión Número II de Salé, cerca de Rabat, consentido por un sistema penitenciario, judicial y policial marroquí. Del mismo modo, la resolución dice que Ali Aarrass fue condenado de manera injusta, sin testigos, sin pruebas documentales o periciales y sin derecho a declarar, sobre la única justificación de una confesión firmada bajo duras torturas y en una lengua que él no conocía, como es el árabe.
Ali Aarrass fue detenido en 2008 cuando estaba comiendo con su familia en Melilla, acusado de pertenecer a una red de terroristas islamistas, presuntamente encabezada por Abdelkader Belliraj, que más tarde se demostró que nunca existió.
Absuelto en España
Fue investigado en España por Baltasar Garzón y jamás se le encontró relación alguna con el terrorismo yihadista ni se le pudo condenar por delito alguno. Aún así Marruecos pidió y logró de España la extradición de Ali para juzgarle por los mismos delitos por los que había sido absuelto por la Audiencia Nacional.
El 26 de noviembre de 2010 el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas demandó a España que no extraditara a Ali Aarrass a Marruecos debido a que corría «un riesgo muy alto de sufrir tratos inhumanos y degradantes», además de porque atentaba contra el principio jurídico ‘non bis in idem’, por el que no se puede juzgar a nadie dos veces por el mismo hecho.
España ignoró esta petición y extraditó a Ali el 14 de diciembre de 2010. A pesar de su nacionalidad, Bélgica se desentendió en de su ciudadano que, presuntamente, fue torturado brutalmente durante semanas hasta que firmó una confesión de más de 200 páginas en una lengua que no conoce. Sobre esta única prueba, Aarrass fue finalmente condenado el 25 de noviembre de 2011 a 15 años de prisión. Una pena que rebajada a 12 años en septiembre de 2012.
Desde entonces, permanece encerrado en una cárcel de máxima seguridad cerca de la capital marroquí en donde ha recibido continuas torturas y vejaciones, según el Relator Especial contra la Tortura de la ONU Juan Méndez.