Los buzos recuperan el cuerpo de uno de los seis marineros desaparecidos
Los buzos lo han encontrado en el interior de uno de los camarotes del buque que naufragó el lunes
AVILÉS / OVIEDO Actualizado: GuardarEl equipo de búsqueda de los marineros desparecidos en el naufragio del pesquero 'Santa Ana' ha logrado rescatar uno de los cuerpos. Fueron seis las personas que desaparecieron en el accidente marítimo y este es el primero de los cuerpos que ha aparecido y que se suma a los dos marineros encontrados muertos el día del hundimiento. El cadáver recuperado ha sido identificado como Lucas José Mayo Abejón.
El cuerpo fue encontrado a las 14:00 horas por los submarinistas de la Guardia Civil en un camarote situado detrás del puente de mando. A esta zona lograron acceder a través de una trampilla de la cubierta. Todo apunta a que en el lugar donde localizaron el cadáver de Lucás José Mayo podrían estar el resto de marineros, aunque, de momento, los buzos no han podido verlos. Los restos mortales del marinero serán trasladados a la Autoridad Portuaria de Avilés, en donde esperan los familiares para conocer el deselance de la tragedia, y después al Instituto Anatómico Forense de Oviedo.
En las inmersiones de hoy los submarinistas también habían entrado en el barco a través del puente de mando, pero al final decidieron retroceder porque había demasiados objetos. Las tareas de búsqueda de los desaparecidos continuarán toda la tarde, hasta que se vaya la luz del día porque "la hipótesis más lógica es que haya más cuerpos", ha indicado Emilio González, capitán del Servicio Marítimo Provincial de la Guardia Civil de Gijón.
Lucas José Mayo Abeijón -vecino de Muros (A Coruña), de 33 años- había trabajado en la construcción en Canarias, pero la crisis le hizo enrolarse en el 'Santa Ana' hace tres años. Padre de dos hijos, de 9 y 3 años, había celebrado el cumpleaños del pequeño este fin de semana. Su suegro falleció hace tres años en un naufragio en Libia.
Durante la mañana, los buzos ya habían conseguido llegar hasta el 'Santa Ana' e iniciar la búsqueda de los cuerpos en el pesquero hundido en la madrugada del pasado domingo al lunes. A pesar de que la niebla ha vuelto a retrasar la operación en las inmediaciones de Isla Erbosa en el Cabo Peñas, los submarinistas han realizado varias inmersiones. Tras las labores de arrastre realizadas en la jornada de ayer, aún resulta visible, aunque no al ojo desnudo, una pequeña parte de las redes del barco hundido, señalizada su presencia por boyas.
El barco está más estable
Las tareas de rescate de hoy se producen después de que ayer finalmente se pudiera estabilizar el barco, que hasta ahora se desplazaba en un movimiento cónico por acción de las olas. Esa estabilización se logró ya por la mañana, cuando los buceadores pudieron fijar un cabo en el área de los carreteles del arrastrero, en la zona media del casco. La fuerza de arrastre ejercida por el remolcador 'Alonso de Chaves', de Salvamento Marítimo, logró desplazar la popa del pesquero de modo que quedara encajada en la grieta en que se había apoyado tras el hundimiento.
Tras eso, el remolcador siguió ejerciendo una fuerza de entre 15 y 20 toneladas hasta que el cabo -que podría resistir hasta 60-, acabó partiendo. «El motivo fue que las aristas del lugar de sujección ejercieron como cizallas y acabaron partiéndolo», explicó el director de Operaciones de Salvamento Marítimo, Joaquín Maceira.
Ante eso, el equipo de rescate recurrió a una cadena, más resistente, y que pudo ser fijada en la cubierta de proa del barco, «donde también podríamos ejercer mayor palanca» y comprobar así la estabilidad del buque. En esta segunda operación, el 'Alonso de Chaves' elevó su potencia hasta ejercer un tiro de 50 toneladas con el que también cedió la cadena. Así que «en este caso, se optó por romper la cadena porque no se puede esperar que mande de nuevo a los submarinistas a soltarla», apuntó el capitán Martínez.
A la vista de que, pese a la mayor fuerza ejercida con la cadena, el pecio ya no se desplazaba, los responsables del operativo de rescate dieron por terminada la fase de estabilización del buque. En el rescate toman parte un total de treinta buceadores.
El equipo de búsqueda de los marineros desparecidos en el naufragio del pesquero 'Santa Ana' ha logrado rescatar uno de los cuerpos. Fueron seis las personas que desaparecieron en el accidente marítimo y este es el primero de los cuerpos que ha aparecido y que se suma a los dos marineros encontrados muertos el día del hundimiento. El cadáver recuperado ha sido identificado como Lucas José Mayo Abejón. Los buzos lo encontraron en uno de los camarotes. Durante la mañana, los buzos ya habían conseguido llegar hasta el 'Santa Ana' e iniciar la búsqueda de los cuerpos en el pesquero. A pesar de que la niebla ha vuelto a retrasar la operación en las inmediaciones de Isla Erbosa en el Cabo Peñas, donde naufragó el pesquero la madrugada del lunes, los submarinistas han realizado varias inmersiones. Tras las labores de arrastre realizadas en la jornada de ayer, aún resulta visible, aunque no al ojo desnudo, una pequeña parte de las redes del barco hundido, señalizada su presencia por boyas.
El mayor grado de estabilidad en la posición del Santa Ana permitiría a los submarinistas acceder a las estancias donde supuestamente se hallan los seis marineros desaparecidos. "Entramos sí o sí". Con esa contundencia se expresó ayer el capitán de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, Carlos Martínez, al hablar de la operación que hoy se ha iniciado para acceder al interior del 'Santa Ana' en busca de los cuerpos de los seis tripulantes que permanecen desaparecidos desde el pasado lunes. Pero, pese a que el buque ya está estabilizado, la operación no se presume sencilla y "durará lo que tenga que durar", también recalcó el capitán.
Por un lado, el equipo de la Guardia Civil pretende acceder al interior del buque por la puerta de cubierta que ayer ya pudieron alcanzar en una primera aproximación al pecio. Eso sí, en el momento de abrirla "se nos vino un armario encima", apuntó el capitán Martínez para ilustrar lo compleja que se presume la operación.
Paralelamente, los buceadores de Salvamento Marítimo abren un agujero en la popa del barco que permita un acceso alternativo al interior del pecio en caso de que los cuerpos de los desaparecidos no se encuentren en el camarote, tal y como se prevé.
Estos trabajos se producen después de que ayer finalmente se pudiera estabilizar el barco, que hasta ahora se desplazaba en un movimiento cónico por acción de las olas. Esa estabilización se logró ya por la mañana, cuando los buceadores pudieron fijar un cabo en el área de los carreteles del arrastrero, en la zona media del casco. La fuerza de arrastre ejercida por el remolcador 'Alonso de Chaves', de Salvamento Marítimo, logró desplazar la popa del pesquero de modo que quedara encajada en la grieta en que se había apoyado tras el hundimiento.
Tras eso, el remolcador siguió ejerciendo una fuerza de entre 15 y 20 toneladas hasta que el cabo -que podría resistir hasta 60-, acabó partiendo. "El motivo fue que las aristas del lugar de sujección ejercieron como cizallas y acabaron partiéndolo", explicó el director de Operaciones de Salvamento Marítimo, Joaquín Maceira.
Ante eso, el equipo de rescate recurrió a una cadena, más resistente, y que pudo ser fijada en la cubierta de proa del barco, "donde también podríamos ejercer mayor palanca" y comprobar así la estabilidad del buque. En esta segunda operación, el 'Alonso de Chaves' elevó su potencia hasta ejercer un tiro de 50 toneladas con el que también cedió la cadena. Así que "en este caso, se optó por romper la cadena porque no se puede esperar que mande de nuevo a los submarinistas a soltarla", apuntó el capitán Martínez.
A la vista de que, pese a la mayor fuerza ejercida con la cadena, el pecio ya no se desplazaba, los responsables del operativo de rescate dieron por terminada la fase de estabilización del buque. Ahora, accederán al interior del barco.
En el rescate toman parte un total de treinta buceadores que, bien a través de la puerta de acceso, bien abriendo con una sierra radial neumática el casco del 'Santa Ana' por la popa, tratan de dar con los cuerpos de los seis desaparecidos.
Para ello, han descendido inicialmente a una profundidad de 25 metros para, siguiendo la guía señalizada ayer por ellos mismos, ascender de nuevo hasta la puerta de entrada, ubicada a una profundidad de diez metros. Desde allí, descenderán de nuevo por el interior del barco, que sigue en posición vertical, en busca de los cuerpos. "No será cosa de un día ni dos, no hay fechas ni plazos, la operación durará el tiempo que sea necesario", insistió Martínez, quien pidió que ahora "nos dejen trabajar". El capitán también rechazó ofrecer cualquier detalle sobre las posibles causas del naufragio mientras "sigan las investigaciones".