La tecnología busca donde esconderse
Una nueva generación de móviles y aplicaciones fía a la privacidad su gran atractivo para el público
BARCELONA Actualizado: GuardarUsted es un joven y prometedor analista bursátil a la caza del empleo de su vida. La casualidad ha querido que dos grandes bancos internacionales de inversión le citen el mismo día para la entrevista. Una de estas firmas decide hacerle un 'seguimiento wifi' a su teléfono móvil y se acaba enterando que ha visitado esa jornada las oficinas de su competidor, con la consiguiente ventaja que da esta valiosa información al empleador. «Esto está ocurriendo realmente», afirma el español Javier Agüera, cofundador de Geeksphone y una de las cerebros detrás de Blackphone, sobre prácticas de 'wifi tracking' que también están empezando a poner en marcha, por ejemplo, grandes superficies comerciales.
Este terminal, presentado en el Mobile World Congress de Barcelona, es el último ejemplo de la creciente tendencia en el sector tecnológico de fiar a la protección de los datos personales su principal atractivo tras la campaña 'orwelliana' de espionaje destapada por Edward Snowden.
«Hacer un móvil que bloquee a la NSA u otra de las tantas agencias que tienen capacidades similares es imposible. Lo que si podemos hacer es ofrecer al usuario opciones para mejorar su privacidad», opina este joven de 21 años, que se ha aliado para este proyecto con Phil Zimmermann, fundador de Silent Circle y padre del sistema de cifrado de correos más utilizado del mundo.
El 'Blackphone', que llegará al mercado en junio por 459 euros, incluye una versión de Android bautizada cómo 'PrivateOS' que permite, si lo pierdes o te lo roban, borrar sin intermediarios los datos del teléfono a distancia o un alto grado de personalización en los permisos de los que gozan las diferentes aplicaciones. «Crear una solución propia no tenía sentido. Android está ampliamente extendido y las vulnerabilidades se detectan más rápido», contesta Agüera preguntado por lo idóneo del sistema operativo móvil de Google.
Además, incluye por dos años la suscripción -y varias licencias para otros terminales- a una suite de programas de Silent Circle, entre ellos una especie de Whatsapp cifrado. Pasado ese tiempo hay que renovarlo. «Se trata de un precio asequible. Si un servicio es totalmente gratis, no puede ser completamente privado», concluye.
Siguiendo este patrón, la compañía norteamericana FreedomPop ha lanzado al mercado el Privacy Phone, que no es otra cosa que un Samsung Galaxy II con modificaciones en un sistema para encriptar las comunicaciones a través de un protocolo de 128 bits y llamadas y mensajes se realizan a través de una red VPN privada.
El bautizado en círculos especializados como 'Snowden Phone' puede ser adquirido (de momento solo en Estados Unidos) por 189 dólares, que pueden ser abonados en 'bitcoins'. Además, permite cambiar de número al abonado, que disfrutará de llamadas y mensajes ilimitados durante los tres primeros meses y, a partir de ese momento, podrá 'recargar' con tarifas a partir de los diez dólares. "Con las violaciones vistas en los últimos tiempos en redes sociales como en móviles, la privacidad se ha convertido en algo cada vez más importante para los americanos”, aclaró uno de los responsables de la dirección de esta empresa, Steven Sesar.
Boeing lo convierte en un asunto de estado
Si el 'Blackphone', tal como dicen sus creadores, no se trata de un terminal 'anti NSA' y pone el foco en la privacidad de los usuarios, el fabricante de aviones Boeing ha convertido esta materia en un asunto de estado. La multinacional norteamericana ultima el desarrollo de 'Black', un terminal pensado para los trabajadores de las agencias de inteligencia. Su principal virtud, es que se autodestruye cuando alguien intenta acceder fraudulentamente o trata de desmontarlo.
Nada del 'cliché' de saltar por los aires como en las películas de espías. Si detecta un intento de intrusión, 'Black' elimina toda la información almacenada en su interior dejando inutilizado el dispositivos. «El fin es asegurar que las comunicaciones de datos y voz se realicen y almacenen en alta seguridad», asegura el comunicado de la empresa, que también incluirá sensores biométricos -al estilo iPhone 5S o Galaxy S5- o la posibilidad de recargar la batería con energía solar.
«A raíz del caso Snowden, los ciudadanos de a pie han sido conscientes hasta qué punto las empresas o los gobiernos pueden conocer de nosotros», añade Vicente Díaz, miembro de Kaspersky Lab, que define como «positivo» el debate generado. Un enconado debate que ha propulsado el éxito de aplicaciones como los servicio de mensajería instantánea Snapchat o Telegram, el gran beneficiado de la compra de Whatsapp por parte de Facebook.
«Estos servicios ayudan pero las 'fugas de información' a las que nos vemos sometidos son muchas. No podemos evitar que las operadoras triangulen nuestra posición por la señal de nuestros móviles», añade este analista, que ve en la falta de «una solución global» la principal debilidad de esta nueva ola de creaciones.
Los planes de TOR
«Nada es 100% seguro», tiende a asegurar Pavel Durov, principal mecenas de Telegram cuando le preguntan sobre la efectividad de los sistemas de encriptación que, entre otros, ellos ofrecen. El motivo, que los sistemas operativos tienen 'gateras' por donde instituciones como la NSA puede burlar estas barreras. Esta plataforma asegura que no se trata de un proyecto comercial, que no insertarán publicidad, ni cederán datos a terceros. Unas afirmaciones que han disparado las dudas sobre lo real de estas intenciones dado el coste de mantener, entre otros aspectos, la red global de servidores.
Los últimos en aparecer en este particular tablero han sido los responsables de la red TOR. Este sistema, que surgió como un canal donde mantener el anonimato de los equipos que acceden a esta red así como salvaguardar los mensajes que se transmiten, podría tener ahora un nuevo tentáculo en forma de sistema operativo móvil.
Y es que los responsables de este proyecto quieren crear un 'software' para 'smartphones' y 'tablets' con la privacidad como santo y seña a raíz de TAILS, una plataforma disponible ya para ordenadores. «Tenemos que equilibrar la máxima seguridad y el anonimato proporcionado por TAILS con las necesidades de usabilidad de una experiencia móvil, según lo dispuesto por Android o Ubuntu Touch», afirmaba Nathan Freitas, encargado de este desarrollo, en un email a 'Daily Dot'.
El objetivo final es que el usuario pueda continuar «con su habitual vida social» en un ambiente de «máxima seguridad», dejando «muy pocos o ningún registro del dispositivo en el que se utiliza», a diferencia por ejemplo de 'Blackphone', vinculada a una «identidad real» a través de la SIM o de la suscripción a Silent Circle. Pero su 'hoja de ruta' no concluye ahí puesto que también pretenden crear un sistema de mensajería instantánea, pensada para países donde los grupos activistas estén en serio peligro de "intimidación, represión o persecución" por parte de grupos criminales o regímenes dictatoriales.