Fútbol

La montaña rusa del Barça

El equipo pasa de la brillantez a la desconexión a velocidad de vértigo y sufre una sangría a balón parado

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Este Barça del Tata Martino comienza a ser inclasificable. Cuesta ser justo con su fútbol y con su rendimiento en general porque en 90 minutos puede pasar de fases que recuerdan a las de los éxitos recientes, con fluidez en el juego, ocasiones y presión al rival, a momentos de desconexión en los que el equipo pierde fuelle, deambula y se descompone por todo el campo a niveles preocupantes. La irregularidad se ha instalado en el Camp Nou y los aficionados viven en una montaña rusa indescifrable.

El 4-1 del domingo al Almería, por ejemplo, admite todo tipo de lecturas. Fue un encuentro capicúa para el Barça, que lo bordó en la primera media hora y en los últimos diez minutos. En medio, 50 minutos insoportables por la falta de velocidad y de profundidad, algo que provocó silbidos en un Camp Nou que volvió a dar la espalda al equipo con la segunda peor asistencia de la temporada en la Liga: 58.930 espectadores. Pero también es cierto que en las ráfagas de buen juego se crearon una decena de ocasiones clarísimas que Alves, Neymar y Messi se encargaron de desperdiciar.

Especialmente preocupante fue el partido de Neymar, quien sigue dejando destellos que ahora, siete meses después de su aterrizaje, ya parecen muy poca cosa para lo que se espera de él. Lo peor es que sigue usando las redes sociales con demasiada ingenuidad: si el domingo por la noche, tras fallar tres goles cantados que pusieron en apuros el triunfo azulgrana, decide disfrazarse con una máscara en el carnaval, no pasa nada, al fin y al cabo este lunes tenía descanso e incluso podía trasnochar. Pero mostrarlo a todo el mundo con fotografías en su twitter es como demostrar a su afición que vive ajeno a todo.

Lo que no cambia es la fragilidad a balón parado. Así marcó el Almería el 2-1 que creó dudas en el Barça. Y ocho de los 21 goles encajados por Víctor Valdés o Pinto, durante la lesión del primero, han nacido en córners de los rivales. Es una sangría enorme que los técnicos justifican con el absurdo argumento de que «el equipo es bajito». En Anoeta, con Bartra, Song, Busquets, Piqué y Valdés en el área, todas las torres del equipo azulgrana, la Real también marcó de cabeza tras un córner. Se defiende mal, a veces en zona, otras al hombre, casi siempre de forma mixta. El único remedio confeso es no conceder faltas laterales y saques de esquina, pero eso no siempre es posible. El Manchester City, así, todavía no está eliminado en la vuelta de la Liga de Campeones.