El Barça vuelve a las andadas

El Barça tiene una semana completa para analizar la pésima imagen ofrecida en Anoeta. Mucho tiempo sin partido entre semana para que el Tata Martino se flagele con su cadena de errores ante la Real Sociedad, tal y como comenzó haciendo en la rueda de prensa posterior al encuentro, cuando entonó el ‘mea culpa’ ante los medios de comunicación. Porque perder, se puede perder. Y más en San Sebastián, donde el mejor Barça de la historia sólo ha sumado un punto en las cuatro últimas visitas consecutivas. O en Euskadi, tierra en la que ya van siete partidos de Liga sin ganar sumando los de San Mamés. Pero preocupó que el equipo bajara los brazos y se pareciera otra vez a aquel Barça sin energía, apático, que hizo el ridículo en la última semifinal de la Liga de Campeones ante el Bayern. No fue el mejor síntoma ahora que llega el tramo decisivo de la temporada, con todos los títulos en juego.

«Nos han superado en todo; en actitud, en intensidad, en juego, en acciones de estrategia...». Víctor Valdés, desacertado individualmente, como todos sus compañeros, fue sincero, al igual que Iniesta: «Este partido nos deja muy malas sensaciones». Ningún jugador apuntó al técnico, evidentemente, pero en el vestuario azulgrana nadie entendió su plan.

«Mi lectura del partido no fue la correcta», comentó el autocrítico técnico argentino. Y es que se equivocó en todo como pocas veces se le ha visto hacer a un entrenador que se estaba jugando la Liga y que cedió el liderato al máximo rival. Tras anunciar hace unos días que con los títulos en disputa se habían acabado las rotaciones, dio entrada en el once inicial a Montoya, Bartra y Song para dejar fuera a Alves, Mascherano y Xavi. Además, regresó al 4-3-3, con lo que Cesc también se quedó en el banquillo.

Una pareja fatal

En lugar de volver a jugar con los cuatro pequeños juntos que habían bailado a la propia Real Sociedad en la vuelta de Copa, también en Anoeta, y al poderoso Manchester City de Pellegrini a domicilio, se inventó un once inicial con Song y Busquets juntos, una pareja en la media que no se compenetra. Fue un desastre.

Las rotaciones no estaban justificadas habiendo jugado en Manchester el pasado martes y sin partido hasta el próximo domingo contra Osasuna. Y para colmo, uno de los pocos que repitió, Piqué, se lesionó en un gemelo y tiene para dos semanas de baja.

Sorprendió que no alcanzara a calibrar Martino que la Real tenía ganas al Barça por una semifinal de Copa polémica por los arbitrajes y conflictiva por unos enfrentamientos entre jugadores y banquillos acontencidos en la vuelta. Una gravísimo error. El equipo donostiarra salió al campo con el cuchillo entre los dientes y el azulgrana, con violines y flores. El Barça no opuso resistencia física.

En Anoeta se evidenció más todavía la decadencia de las últimas jornadas. El Barça ha perdido 10 de los últimos 21 puntos en juego, con dos derrotas ante Valencia y Real Sociedad y dos empates contra Levante y Atlético. Con Messi andando y Neymar de figura decorativa, con los pesos pesados del vestuario (Xavi, Iniesta, Puyol, Piqué...) en paradero desconocido en los malos momentos y los canteranos sin atreverse a soltarse (Bartra, Montoya, Sergi Roberto, Tello...), será imposible que el equipo azulgrana revalide el título de Liga. Queda tiempo para rectificar, pero suena a una película ya vista.