De profesión, verificador
¿Quién les paga? ¿Quién les ha encargado su tarea? Las claves de los seis expertos internacionales que anunciarán hoy un "gesto" de desarme de ETA
MADRID Actualizado: Guardar¿De dónde vienen? ¿Quiénes son? ¿Qué hacen? ¿Quién les paga? La lista de incógnitas que rodea a la Comisión Internacional de Verificación (CIV), formada por seis expertos, es muy larga. Quizá porque realiza en la sombra su cometido de comprobar el alto el fuego declarado por ETA. Ni sus nombres ni sus caras son habituales en los medios de comunicación. Únicamente rompen esa discreción, tan necesaria para llevar su labor a buen término, cuando tienen que comparecer ante la opinión pública para informar de los avances, como ocurrirá hoy en Bilbao, donde darán la cara para anunciar un primer "gesto" de ETA sobre su desarme, tal y como han avanzado estos últimos días. El resto de su trabajo -sobre todo, contactos más o menos fructíferos con la banda y líderes políticos, empresariales, sindicales y eclesiásticos- se realiza lejos de las cámaras y sus detalles son de consumo interno. Lo que sí es 'vox populi' son los recelos que provocan en algunos partidos políticos, que en los últimos tiempos han cuestionado su eficacia. O que, directamente, han negado su legitimidad, como es el caso del PP y UPyD, formación que ha manifestado que "a los verificadores no había que hacerles ni caso". El propio secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, les lanzó el miércoles una andanada al afirmar que todos los "verificadores" y "comparsas" que ETA tiene "en nómina" se están convirtiendo en expertos en "hacer el ridículo" ante la sucesión de comunicados de la banda que sólo anuncian más comunicados. Para el número dos de Interior, los "verdaderos verificadores" son la Policía y la Guardia Civil.
Ajena a las críticas y a los diferentes grados de credibilidad que se le otorga desde los distintos puntos del espectro político, el grupo liderado por Ram Manikkalingam y compuesto por Chris Maccabe, Ronnie Kasrils, Satish Nambiar, Aracelly Santana y Fleur Ravensbergen está llamado a marcar la agenda informativa de hoy, con la rueda de prensa. Ellos son unos grandes conocedores del proceso de paz, pero ¿qué saben ustedes de ellos? He aquí unas claves.
¿De dónde vienen?
Los seis miembros, procedentes de diferentes países, tienen algo en común: un currículum forjado en los rincones más calientes de todo el mundo. Irak, Irlanda del Norte, Sudáfrica, la ex Yugoslavia, El Salvador... "Han sido seleccionados por su extensa experiencia en procesos de paz, labores policiales y militares o servicios de inteligencia", indica la web de la Comisión.
¿Qué tienen que ver con el grupo de Brian Currin?
La Comisión Internacional de Verificación es independiente del Grupo Internacional de Contacto (GIC), liderado por Brian Currin, que tiene un cometido político, aunque sí es cierto que el colectivo de verificadores surgió a instancias del mediador sudafricano. La Comisión siempre ha dicho que no está involucrada en asuntos políticos relacionados con al alto el fuego. Por eso no aceptan que les llamen mediadores, ya que recalcan que su función "es la de realizar un seguimiento, no la de mediar". Así, destacan que su papel es "técnico" y centrado exclusivamente en verificar. No obstante, mantienen contactos con todas las partes, incluida la banda, según han confirmado fuentes cercanas al grupo.
¿Por qué han asumido esta tarea? ¿Quién se la ha encomendado?
La propia Comisión explica que, tras el alto el fuego declarado por ETA el 10 de enero de 2011, distintos colectivos de la sociedad vasca manifestaron su deseo de que se verificase. Partidos como el PSE, el PNV, sindicatos, asociaciones de empresarios como Confebask y representantes de la Iglesia apoyaron a los miembros de la CIV, y así nació el grupo en el mes de septiembre de ese mismo año
¿Quién les paga?
Según indican ellos mismos, la Comisión se financia "con fondos de distintas fuentes filantrópicas privadas y públicas". Una afirmación que no despeja demasiadas dudas
¿Cuál es su relación con el Gobierno vasco y el Gobierno central? ¿Y con el francés?
El lehendakari, Iñigo Urkullu, se ha implicado en su trabajo y les ha dado cobertura desde el inicio. Sin embargo, ellos destacan que, aunque tanto el Ejecutivo vasco como el central están informados de sus movimientos, se mantienen al margen de su trabajo. Según aseguran, "ni apoyan ni rechazan" su labor. Y si es necesario para su trabajo, recaban la colaboración de las autoridades francesas
¿Y cómo verifican el alto el fuego?
Es una cuestión delicada, ya que resulta muy ambigua. Lo que hacen los verificadores internacionales es visitar Euskadi con regularidad y constatar el estado del alto el fuego reuniéndose con sus contactos en la sociedad vasca. Así pueden examinar cualquier queja sobre las violaciones del alto el fuego. Entraría dentro de esta categoría cualquier amenaza o intimidación, cualquier acto violento o los planes para cometerlo. Si detectasen alguno de estos síntomas, tras un debate interno, se lo harían saber a las partes afectadas para que tomasen medidas. Mantienen contactos habituales con ETA
¿Cuál es el arsenal del que se tendría que desprender ETA
Según informaron el miércoles fuentes de la lucha antiterrorista, ETA conserva un arsenal compuesto por toneladas de material para fabricar explosivos y más de 500 armas cortas y largas, aunque la relación exacta de material, así como el número de activistas en la clandestinidad, sigue siendo una incógnita. Asimismo, las mismas fuentes han indicado que la banda podría haber reunido en algún zulo el armamento que desea entregar en un primer paso -lo que previsiblemente anunciará hoy la Comisión-, aunque la parte principal de su arsenal sigue oculta. Ellos siempre han dicho que son una comisión para verificar el alto el fuego, no para el desarme, aunque estas fronteras podrían desdibujarse a partir de hoy.