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Bjoerndalen, un mito del deporte olímpico

El biatleta noruego de 40 años gana su 13ª medalla y se convierte en el más laureado de la historia en los Juegos de Invierno

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El biatleta noruego Ole Einar Bjoerndalen, que este miércoles se convirtió en el deportista con más medallas (13) de la historia en los Juegos Olímpicos de Invierno, superando las 12 de su compatriota Björn Daehlie, es un competidor nato acostumbrado a ganar, incluso tras haber cumplido ya 40 años. En la historia olímpica, sólo el nadador estadounidense Michael Phelps (22 medallas) y los gimnastas soviéticos Larissa Latynina (18) y Nikolai Andrianov (15) cuentan en su palmarés con más metales, aunque en Juegos de verano.

La historia de Bjoerndalen es la de un atleta que ha hecho pasar a su deporte, el biatlón, a otra dimensión. Como Eddy Merckx en el ciclismo, Bjoerndalen es el 'Caníbal', el que devora trofeos y siempre consigue imponer su ley. En la Copa del Mundo acumula 94 victorias desde la primera, conseguida ya en la lejana temporada 1995-1996. Son 19 sus títulos mundiales y seis sus grandes globos de cristal. Ahora acaba de añadir a su palmarés una decimotercera medalla olímpica (ocho de oro, cuatro de plata y una de bronce) gracias a la victoria con Noruega en el relevo mixto.

En el Olimpo de los dioses está ahora un pedestal por encima que su compatriota Daehlie, el mejor fondista de la historia, que logró 12 medallas -ocho de oro- entre 1992 y 1998. El rey del biatlón está viviendo en Sochi sus últimos Juegos Olímpicos y uno de sus últimos momentos importantes en la competición, ya que anunció que la 2013-2014 será su última temporada.

La clave de su éxito es su extrema profesionalidad, su seriedad y sobriedad, que han cimentado las claves de una carrera larga y marcada por la regularidad.

Fue capaz de imponerse unas enormes cargas de trabajo en los entrenamientos, con un ritmo de 900 a 1.000 horas por año, eso ya desde que tenía 15 años de edad. «Sin duda, su marcha dejará un vacío inmenso. Es el hombre que ha hecho todo por el biatlón en Noruega. Gracias a él, hoy tenemos las estructuras que tenemos. Es una leyenda y nos quedaremos tristes», reconoce uno de sus teóricos sucesores, Emil Hegle Svendsen.

El 'Patriarca del biatlón' Bjoerndalen fue el primero en contar con un entrenador de tiro personal o con un preparador mental. Signos todos ellos de su obsesión por la planificación y por el trabajo duro.

Posible rumbo al COI

Entre sus grandes rivales se encontró el francés Raphael Poirée, con el que mantuvo una rivalidad muy popular, que contribuyó a relanzar mediáticamente este deporte. «En el circuito, él se protege mucho. No consigue llegar a compartir mucho desde el plano humano. Pero fuera de las carreras, es un buen muchacho. Hemos hecho muchas tonterías», recuerda con una sonrisa Poirée.

De 1997 a 2007, Bjoerndalen y Poirée compitieron entre sí por ser los mejores, un objetivo que el noruego siguió persiguiendo ya sin la oposición del francés.

El futuro de Bjoerndalen podría estar a corto o medio plazo en el Comité Olímpico Internacional (COI), donde se aprecia especialmente su humildad y su espíritu deportivo, lo que le convertiría en un representante de excepción para el biatlón y los deportes de invierno.