Arrabal hace que Dalí y Picasso se batan en duelo
El dramaturgo, como los dos artistas, subraya que él también milita en el bando del exilio en la presentación de la obra, que se representará en Madrid
MADRID Actualizado: GuardarEl Teatro Español acoge hoy jueves el estreno de la última obra de Fernando Arrabal , 'Dalí versus Picasso', un texto que se presenta como un "diálogo tenso y devastador' entre los dos genios. ¿Qué tienen en común los dos artistas? Arrabal lo tiene claro: "Son soldados de la misma escuela, los dos están en el exilio".
La acción transcurre en París, en 1937, justo el día en que se conoce en la capital francesa la noticia del bombardeo de Guernica. En vísperas de la inauguración de la Exposición Internacional de París, los dos pintores se enfrentan a un duelo dialéctico, un choque surrealista cargado de los elementos característicos de la dramaturgia de Fernando Arrabal, quien desmiente la rivalidad que se atribuye a los dos colosos. "Dalí y Picasso eran hombres que no buscaban el éxito, el fracaso o el dinero, quisieron ser caballeros de la ciencia, de la literatura de la pintura", explica.
El autor de 'El cementerio de automóviles' se siente un hombre desarraigado. Afincado en París desde 1955, le resulta inimaginable la mera idea de volver a España. "Ahora es muy difícil, hay mucha concha", aseguró el escritor, para quien Teresa de Jesús fue pionera en poner tierra de por medio, como lo demuestra su deseo de viajar a Francia para "conquistar gloria". "Recientemente, hablando con Kundera, yo le decía que él no es francés y yo no soy francés, pero él no es checo y yo tampoco soy español. Me preguntaba de dónde somos. Y yo le respondí: 'Somos del exilio', es un fenómeno que es nuevo, actual y de siempre", asevera Arrabal .
La obra posee todos los ingredientes del teatro de Arrabal: pánico, violencia, confusión, subversión, erotismo y poesía. El escritor se declara rendido ante el montaje que ha preparado Juan Carlos Pérez de la Fuente, quien ha contado con la participación de dos actores de altura: Antonio Valero, en el papel Picasso, y el catalán Roger Coma (Dalí). A este último le eligió tras un exigente proceso de selección que incluyó la realización de 87 pruebas. Pérez de la Fuente y Arrabal se profesan mutua admiración.
Lo demostraron ambos durante la presentación de la obra, momento en que se prodigaron elogios y se emocionaron juntos. "Arrabal es un provocador, sí, pero la provocación está hoy en la Carrera de san Jerónimo" [calle donde se yergue el Congreso de los Diputados], apuntó Pérez de la Fuente. "No vamos a hablar de la Guerra Civil otra vez, vamos a enterrarla, a reírnos, a descojonarnos y a decir que aquella guerra sirvió para algo, para dar luz a este momento", proclamó el director de escena.
"Débiles y lúcidos"
Pérez de la Fuente cree que los españoles están obligados a pensar sobre una cuestión relevante. Dos grandes dramaturgos como Fernando Arrabal y Francisco Nieva alumbraron sus mejores obras en París. "Hay una crisis económica y una crisis de un país que ha perdido el norte. España tiene que reflexionar sobre por qué nuestros grandes textos, nuestras mejores palabras, siguen estando escritas fuera de España", apostilló.
El hallazgo de Arrabal consiste en mostrar a los dos genios como seres humanos "maravillosamente débiles y lúcidos", alega el director de escena, quien sostiene que en parte 'Dalí versus Picasso" es un ajuste de cuentas. También ofrece la lectura de que la vanguardia, con su carga de inconformismo y rebeldía, también acaba adocenándose y convirtiéndose en un arte académico.
Cuando corría el año 1937 las diferencias políticas entre ambos existían, pero discurrían por senderos muy distintos al ideario político que luego abrazó cada uno. Como miembro del grupo surrealista, Dalí comulgaba con el trotskismo y a Picasso le seducía el boato monárquico. Con el tiempo, el surrealista acabaría bailando el agua a Franco y el cubista afiliándose al Partico Comunista. Pese a las distancias ideológicas, la admiración era recíproca. Picasso financió la primera incursión de Dalí en Nueva York y el de Figueras, cuando aterrizó en París, lo primero que hizo, antes visitar el Louvre, fue presentar sus respetos a Picasso.