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Afiliada al PSOE a los 15 años

Elena Valenciano trabajó como eurodiputada en Bruselas (1999-2008), época en la que, recuerda, la conciliación familiar y laboral fue "horrible"

MADRID Actualizado: Guardar
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Los primeros recuerdos de Elena Valenciano (Madrid, 18 de septiembre de 1960) la trasladan al Retiro madrileño, largos paseos de la mano de su abuela. O a los baños de verano en la playa de Altea (Alicante) -donde hoy tiene su casa-, momentos que relata con pluma diestra en un blog a veces intimista, a veces feroz (www.elenavalenciano.com). La responsable de campaña de Alfredo Pérez Rubalcaba y número dos en las listas por Madrid sacó el jueves un rato para hablar con este periódico y acordarse también de los descansos entre clases en el patio del Liceo francés, donde estudió, mirando de reojo a Antonio Vega tocar la guitarra sentado en el suelo, "un tipo maravilloso, encantador, del que todas estábamos enamoradas", confiesa. Pese a haber nacido en una familia burguesa con chicas de 'servicio', nada pudo impedir que allí se gestara su ideología -"aquello estaba lleno de hijos de exiliados, de izquierdistas, había una actividad política intensísima"-, algo que culminó con su afiliación a las Juventudes Socialistas con solo 15 años: "A mi madre, una señora de derechas, le pareció horroroso que su primera hija (eran tres) fuese marxista. Mi padre, con el que siempre he tenido una relación única y maravillosa, lo llevó algo mejor". El cabeza de familia, un científico elegido en su día por la UCD para dirigir el departamento de Salud Pública, se vio salpicado en los 80 por el escándalo de la colza, uno de los peores momentos para la familia: "Sobre todo porque el PSOE al que yo ya pertenecía estaba haciendo una oposición durísima".

En aquellos años, vivió la Movida de forma intensa: "Aunque hoy no salgo nada, entonces era bastante juerguista. Nunca llegaba muy tarde, pero recuerdo con cariño las noches en el Penta, el Rockola, los conciertos... Llevé el pelo de colores, en punta, con el flequillo dorado... Hay fotos en las que parezco Alaska".

Sus detractores le achacan que no terminara los estudios de Derecho y Ciencias Políticas: "Me gustaba y sacaba muy buenas notas, pero me enredó la política. No estoy orgullosa, debería haber terminado". También le critican por la mariposa que luce en el hombro izquierdo, un tatuaje que se hizo cuando acompañó a su hija para ver si el sitio cumplía con los mínimos higiénicos: "Ella tenía 17 años y yo ya había cumplido 40. La vi, era pequeña, pregunté dónde dolía menos y me la hice. No me arrepiento, es preciosa. ¿Que lo usan en la crítica política? Pues bueno".

Casada, divorciada "y vuelta a casar, con un tío muy guapo, como a mí me gustan", entre semana vive en Madrid. Fines de semana y vacaciones reside en Altea, junto a su marido y su hijo de 16 años. La conciliación laboral y familiar fue "horrible" los nueve años que trabajó como eurodiputada en Bruselas (1999-2008). "Sin mis pequeños. Lo superé de mala manera. No sé ni cómo".

El 1 de abril de 2008 se estrenó como diputada en el Congreso y comenzó a trabajar con Rubalcaba. El candidato del PSOE sorprendió hace unos días a propios y extraños cuando, en una entrevista a la revista 'FHM', le preguntaron a qué política le gustaría ver en la portada (siempre con mujeres explosivas semidesnudas). Contestó que a Valenciano. "Ja, ja -se ríe ella-, estaba bromeando, y añadió que era porque yo les iba a dar un buen titular". Como a Maribel Verdú, ¿también le parece que Rubalcaba es sexy? "La verdad es que no, pero sí un gran tipo, inteligente y sensible". Y se reafirma en que, "puestos a elegir", se queda con su compañero Eduardo Madina.

Otro mal momento: "Las últimas elecciones, en mayo, cuando tuve que salir pronto a dar los resultados a mis compañeros... Fue duro". La definen como feroz en sus ataques al PP y en su defensa del PSOE: "Es posible que sea dura, sí, pero respetuosa. Dura en mi apreciación de lo que hay que hacer porque lo pienso así, y apasionada en la defensa de mi partido porque me lo creo mucho, me creo que es lo mejor que le puede pasar a España. Ese es mi punto fuerte; y el débil, que sufro mucho con la vida que llevo, el estar separada de la gente que quiero".