Baloncesto | Copa del Rey

La lógica aplasta al Tenerife

El Barcelona cumple con el trámite de cuartos y barre a un rival muy inferior en un partido sin tensión

MÁLAGA Actualizado: Guardar
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El Barcelona cumplió con el expediente en la eliminatoria más desigual de los cuartos de la Copa del Rey. Logró el pase a semifinales por la vía rápida, sin dar oportunidad a la sorpresa y repartiendo esfuerzos y minutos –Xavi Pascual hizo jugar a todos sus hombres-, ante un Iberostar Tenerife que había conseguido su premio antes de jugar.

Los canarios han hecho buena la temporada cuando apenas se ha superado la mitad de la fase regular de la ACB. Los de Alejandro Martínez han cumplido ya con los deberes de toda la campaña en una primera vuelta magnífica en la que dejaron cerrada su continuidad en la liga y obtuvieron el billete para el torneo del KO 26 años después de su última presencia.

Por eso y por el beneficio económico que suponía, sus dirigentes dejaron salir a Blagota Sekulic para que fichara por el Fenerbahçe turco. El pívot montenegrino era el jugador más valioso de la ACB y el hombre determinante en el juego de los isleños, pero las cuentas cuadraban y el proyecto deportivo pasaba a un segundo plano. El relevo debería ser Lazaros Papadopoulos, el pívot griego de infausto recuerdo para el Real Madrid, en donde disfrutó de un contrato astronómico inversamente proporcional a su rendimiento sobre la cancha. Martínez espera mientras tanto que otros jugadores asuman el mando y la responsabilidad abandonados por el poste y Saúl Blanco y Ricardo Úriz parecen los encargados de liderar este nuevo tiempo en la entidad.

Sin Sekulic, al Tenerife le quedaban escasos argumentos con los que hacer frente a una de las mejores plantillas de Europa. La fe, el trabajo y la constancia permanecen vivos en los canarios, pero la diferencia de calidad con respecto a los vigentes campeones coperos es más que evidente y así quedó reflejado en el escandaloso pero lógico marcador final del duelo (102-60).

El partido fue soso pese al buen hacer de Papanikolaou, Navarro o Huertas, los enormes mates de Dorsey o los pitos a Abrines, el otrora niño mimado de la parroquia malagueña. Tras un primer cuarto más que digno del cuadro aurinegro (22-16), la tensión competitiva se fue disolviendo y la distancia en el marcador se fue disparando y, al mismo tiempo, los pensamientos de los catalanes se escaparon hacia el complicado segundo duelo copero ante el Valencia.